La OTAN enviará 3.000 soldados más a Afganistán
España aportará unas 30 personas más a la misión de formación desplegada en el país
La OTAN da marcha atrás en su estrategia de retirada paulatina de Afganistán. La creciente inestabilidad del país asiático ha llevado a los países aliados a acordar el primer incremento de tropas desde los años de combate contra los talibanes. Los ministros de Defensa de la Alianza Atlántica pactaron este jueves elevar de 13.000 a 16.000 los soldados desplegados en la misión de entrenamiento que opera en Kabul desde 2015. Pero los socios europeos se resisten a aportar las cifras que les reclama EE UU. España contribuirá al menos con 30 personas más.
El análisis político es compartido, pero los números no cuadran. Los 29 países que componen la OTAN admiten que el deterioro de la seguridad en Afganistán requiere una mayor presencia aliada. Aun así, les cuesta comprometer tropas. Washington pidió hace varias semanas a sus socios que aportasen al menos 1.000 soldados más al contingente de Resolute Support (Apoyo Decidido). Se trata de una misión de entrenamiento y asesoramiento —no de combate, como la que hubo desplegada en el país durante algo más de 10 años— en la que participan 13.000 personas, la mitad estadounidenses, desde 2015. Los incrementos comprometidos este jueves quedaron por debajo de esa meta, según las fuentes consultadas, aunque la Alianza confía en alcanzarla en los próximos meses. “Además de Estados Unidos, otros 27 países se han comprometido a incrementar las tropas en los próximos meses. Así que el tamaño de la misión crecerá de 13.000 a 16.000 tropas”, avanzó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Pese a su reticencia inicial a desplegar tropas para la reconstrucción de países extranjeros, el presidente estadounidense, Donald Trump, accedió hace unos meses a engrosar el contingente de soldados que su país conserva en el país asiático. Eso eleva a 16 años el periodo en el que Estados Unidos ha mantenido —de una u otra manera— presencia militar en el territorio tras identificarlo como refugio de terroristas a raíz de los atentados del 11 de septiembre. Pero Washington no quiere embarcarse en solitario en esa aventura.
Compromiso insuficiente
“Mi plan ahora es tener a las fuerzas estadounidenses centradas en las cosas que solo ellas pueden hacer, así que no me gustaría tener que desviarlas hacia tareas que los aliados pueden desempeñar”, deslizó John Nicholson, jefe de la misión de la OTAN en Afganistán y también comandante en jefe de Estados Unidos en ese país. Pese al llamamiento, otros países eluden el compromiso directo. Es el caso de Alemania, inmersa en conversaciones para formar una coalición de Gobierno. “Los compromisos recibidos hasta ahora bastan. No alcanzaremos el nivel total de tropas, pero sí un nivel elevado”, señaló la ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen.
Ni Stoltenberg ni el secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, quisieron desglosar los números. “No doy al enemigo información que puede usar en su beneficio”, zanjó Mattis en conferencia de prensa. Lo que sí aclaró es que 24 de los 39 países que participan en la misión pretenden enviar refuerzos.
Reino Unido comprometió en mayo 100 soldados más para Afganistán. Otros Estados ofrecen cifras más modestas. España destinará unos 30 soldados más a la misión aliada. “Irán principalmente a labores de formación, a operaciones especiales y a funciones de policía”, abundó la ministra española de Defensa, Dolores de Cospedal, que advirtió de que la cifra puede variar en función de los ofrecimientos de otros ministros.
El entorno de inseguridad que reina en Afganistán no hace presagiar una retirada de tropas a medio plazo. Solo en los últimos días, un diplomático paquistaní ha perdido la vida, una cadena de televisión ha sido atacada en Kabul y un grupo de talibanes ha secuestrado un contingente de alimentos de la ONU.
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