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São Paulo propone alimentar a sus ciudadanos menos favorecidos con “pienso para pobres”

El alcalde sugiere procesar comida a punto de caducar y repartir las piezas deshidratadas en centros de acogida

Tom C. Avendaño

El alcalde de São Paulo, el millonario João Doria, ha presentado una de sus estrategias para ayudar a sus ciudadanos menos favorecidos: pagar a una empresa para que reciba alimentos a punto de caducar, los procese, cree con ellos un polvo deshidratado y lo reparta, en sobre o en forma de piezas de textura y color uniformes, por centros sociales e iglesias. Así, los más necesitados puedan comerlas. Dicho de otra forma: ha propuesto crear lo que muchos, el expresidente Lula da Silva incluído, han definido como "pienso para pobres".

Botes de "pienso" hecho con Allimento
Botes de "pienso" hecho con AllimentoRosanna Perroti

“Aquí hay muchos alimentos que se están tirando a la basura”, explica el alcalde, elegido el año pasado en una de las victorias más sonadas de la política brasileña reciente. “Nosotros los reutilizamos con toda seguridad. Los liofilizamos y los transformamos en un alimento completo, con proteína y sales minerales”. De esta forma, añade, se ataja a la vez el desperdicio de comida y el hambre de la ciudad. El nombre que ha recibido el invento sugiere que se ha usado la misma lógica que para crearlo: Allimento, mezcla de All (todo, en inglés) y Alimento.

Días después del anuncio, Doria y su equipo, que han sido acusado varias veces de favorecer a las clases altas a las que pertenecen más que a las bajas, todavía estaban barruntándose en los medios el efecto que podría tener el Allimento en África o en Siria cuando comenzaron las críticas. Varios nutricionistas lo tildaron de “inaceptable” y recordaron que Brasil se rige por una Guía Alimentaria que prioriza la comida natural a los alimentos procesados. “La gente va a estar comiendo algo que no tiene ni idea de lo que es. Me da mucho miedo”, alertó una de las autoras de la Guía, la nutricionista Renata Levy. Visto el torrente de protestas, Doria insistió: “Es una falta total de conocimiento. Es algo desarrollado por científicos desde hace años, con enorme cuidado, es lo mismo que consumen los astronautas”.

João Doria, en el momento de anunciar el Allimento
João Doria, en el momento de anunciar el AllimentoALCALDÍA DE SÃO PAULO
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Muchas quejas se centran en el hecho de que cuesta saber qué alimentos habrá exactamente ni en las bolas de comida ni en la farinha (harina) de la que están hechas. La dueña de Plataforma Sinergia, la ONG católica encargada de procesar el producto, Rosana Perrotti, explicó en una entrevista que no tenían una combinación específica, que podía adecuarse a distintas necesidades. Lo normal, añadió, es que llevase ingredientes como plátano, patata, arroz y judías, pero que cada porción podía ser distinta. Dependerá de la comida que le sea donada.

Otros recalcaron que alimentar con polvo a un desfavorecido resulta inhumano. El arzobispo de São Paulo, Odilo Scherer, encargado de presentar junto a Doria el proyecto a los medios, fue el encargado de contestar a esa crítica: “El pobre tiene hambre. El hábito alimenticio es para quien tiene el lujo de acceder a alimentos de forma regular. El pobre no tiene eso. La necesidad es socorrer el hambre del pobre”, contó en una rueda de prensa. En todo caso, el equipo de Doria ha alertado que el polvo a partir del cual se hacen las polémicas bolas puede servir para complementar platos o hacer sopas en centros de acogida.

Los fiscales del Estado ya han anunciado que investigarán el plan.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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