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Maduro busca retomar el diálogo con la oposición para evitar las sanciones europeas

La información que el canciller venezolano, Jorge Arreaza, ofrece de gira por Europa da por hecha la reanudación de las negociaciones

Maduro, en el Palacio de Miraflores en Caracas. REUTERSFoto: atlas | Vídeo: ATLAS

Cuando este martes el ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, anunció desde París que el miércoles tendrá lugar un nuevo intento de negociaciones entre representantes del Gobierno de Nicolás Maduro y de la oposición venezolana, paradójicamente, no solo puso en riesgo las conversaciones, sino que además evidenció la ansiedad de Caracas por mostrar algún indicio de diálogo que permita evitar, o al menos posponer, las inminentes sanciones europeas contra Venezuela.

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"Me alegró saber que el diálogo con la oposición se reanudará mañana en Santo Domingo", dijo Le Drian a su salida de una reunión con el canciller venezolano, Jorge Arreaza, de gira por Europa.

Sin embargo, fuentes diplomáticas aseguraron a EL PAÍS que la declaración del ministro francés estuvo motivada por los reportes imprecisos de Arreaza, quien dio por hecha la reanudación del diálogo con la oposición cuando, en realidad, la del miércoles es apenas una reunión exploratoria.

El canciller venezolano –quien este miércoles será recibido por el ministro español de Exteriores, Alfonso Dastis– intenta persuadir a los gobiernos del continente acerca de la inconveniencia de que la Unión Europea adopte sanciones económicas y diplomáticas contra el régimen chavista justo cuanto este se abre a conversar con sus adversarios.

No fue por ello gratuita la advertencia que también hizo el propio Le Drian, durante sus declaraciones a la prensa en París, quien dijo que en su reunión con Arreaza había recordado al canciller venezolano el "riesgo de sanciones europeas y la necesidad de contar rápidamente con evidencias de que Venezuela está lista para relanzar las negociaciones con la oposición y para comprometerse en un proceso sincero y creíble".

Venezuela enfrenta una severa crisis económica y social que ha llevado a la escasez crónica de productos de consumo básico y al impago de obligaciones comerciales con proveedores y aerolíneas internacionales, entre otros acreedores. Para mantener un funcionamiento mínimo y evitar el temido default en sus compromisos de deuda soberana, el chavismo necesita dinero fresco, cuyo acceso ya se le hizo difícil tras las sanciones financieras impuestas el pasado 25 de agosto por Estados Unidos. Unas medidas de corte similar desde Europa no harían más que agravar el trance para el Gobierno de Maduro.

El presidente venezolano saludó públicamente el reinicio de las conversaciones, durante una transmisión en cadena nacional de radio y TV este martes en la noche desde el Palacio de Miraflores en Caracas, a su regreso de una breve gira internacional que lo llevó a Kazajistán y Argelia.

"Acepto esta nueva etapa de diálogo", dijo Maduro. "No digo más, porque debemos ser prudentes para que estas conversaciones tengan éxito", finalizó.

En efecto, para este miércoles está prevista una reunión en Santo Domingo por invitación del presidente dominicano, Danilo Medina, y los auspicios del expresidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quienes ensayan una nueva iniciativa de mediación a solicitud de Maduro y con el consentimiento condicionado de Washington.

En la noche del martes, Stéphane Dujarric, vocero del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, expidió en Nueva York una declaración en la que expresa el apoyo del organismo internacional a la iniciativa. "El secretario general reitera su firme convicción de que la situación en Venezuela requiere de una solución política basada en el diálogo y el compromiso y la oposición que asegure la coexistencia pacífica de todos los venezolanos", se lee en el comunicado.

Sin embargo, la dirigencia opositora se mostró contrariada por el anuncio hecho prematuramente desde París. Apenas unas horas después de conocerse, la Mesa de Unidad Democrática (MUD) aclaró a través de otro comunicado firmado en Caracas que el evento del miércoles en Santo Domingo no representa "el inicio de un diálogo formal con el Gobierno", pues, explica la alianza opositora, "el tiempo de gestos simbólicos se ha terminado (…) Exigimos acciones inmediatas que demuestren verdadera disposición a resolver los problemas nacionales y no para ganar tiempo".

En el documento, la oposición reduce los contactos preliminares de este miércoles en República Dominicana a una "diligencia complementaria" de cuya eventual viabilidad "informaremos al país".

Para retomar las conversaciones, la oposición ha exigido al Gobierno, entre otras condiciones, la entrega de un gesto previo de voluntad negociadora, como lo sería la liberación de los presos políticos. La oposición también ha pedido al Gobierno comprometerse a mantener en secreto el curso de las conversaciones. Con esto último no sólo quiere moderar los efectos de la repulsa que la sola idea de las negociaciones produce en los sectores más radicales de la oposición sino, sobre todo, disipar la sospecha de que el Gobierno de Maduro solo quiere conseguir una fotografía de las reuniones con la oposición para mostrarla ante la comunidad internacional como una prueba de su disposición al diálogo.

A pesar de esa solicitud, el expresidente Rodríguez Zapatero y el canciller dominicano, Miguel Vargas, publicaron el martes por la tarde una nota conjunta en la que los mediadores invitaron abiertamente a las partes a "transitar un proceso de negociación y acuerdo político" que, continúa la misiva, "debe estar presidido por el máximo respeto a los principios de la democracia, los derechos humanos, el compromiso social y a la soberanía nacional, y desarrollado sobre la base de una negociación formal y con garantías que den confianza y credibilidad".

Rodríguez Zapatero y Vargas se dicen convencidos de que, con ocasión de la nueva iniciativa, existe "una oportunidad para un proceso de encuentro, reconocimiento mutuo y reconciliación" que habría que aprovechar.

El presidente Maduro nombró al alcalde del municipio Libertador de Caracas y exvicepresidente de Hugo Chávez, Jorge Rodríguez, como jefe de la Delegación del Gobierno que asistirá a República Dominicana. Se supo, por otra parte, que Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional y dirigente del partido Primero Justicia (PJ), encabezará al grupo de voceros de la oposición.

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