La tercera aseguradora de China, contra las cuerdas por sospechas de corrupción
Xu Xiaohui, presidente de Anbang, deja sus funciones a través de un comunicado. La prensa local asegura que el empresario, casado con la nieta de Deng Xiaoping, fue detenido el pasado viernes
Uno de los grandes millonarios de China, y un hombre que parecía intocable hasta hace poco, el presidente del gigante de los seguros Anbang, Xu Xiaohui, está “incapacitado para hacerse cargo de sus obligaciones”, según ha confirmado su compañía entre informaciones de que el empresario ha sido detenido por corrupción. La prestigiosa revista económica Caijing había publicado la noche del martes, en una noticia que fue inmediatamente censurada en Internet, que Xu había quedado el viernes “en manos de los órganos relevantes” como sospechoso de corrupción.
Xu, de 50 años, no es un millonario cualquiera en China. Es, por matrimonio, uno de los “príncipes rojos” del régimen: está casado con una nieta de Deng Xiaoping, el “hombre fuerte” que dirigió el proceso de reformas chinas para transformar este país en un sistema capitalista. Su supuesta detención ha resonado por todo el país.
Un parco comunicado de la compañía, la tercera aseguradora de China, se limita a confirmar este miércoles que Xu “no puede hacerse cargo de sus deberes debido a razones personales. Ha autorizado a los directivos correspondientes a que los asuman en nombre de la compañía. Las condiciones de operación del grupo prosiguen con normalidad”.
La compañía surgió prácticamente de la nada en 2004 como una firma especializada en seguros inmobiliarios para transformarse, en 13 años, en una de las principales empresas financieras de China e intentar una agresiva expansión en el exterior. Con unos activos de 290.000 millones de dólares, su estructura de propiedad es una de las más opacas de China.
En su información censurada, Caijing había citado a una fuente anónima del mundo financiero para afirmar que las autoridades investigaban el cumplimiento de Anbang de las normas sobre pólizas y otros productos y sobre inversiones de los fondos de seguros.
Una fuente anónima citada por el periódico de Hong Kong South China Morning Post apunta a que Xu llevaba “colaborando con investigaciones relevantes” desde hace tiempo, pero las autoridades siempre le habían permitido regresar a sus ocupaciones tras cada sesión de interrogatorio de varias horas. Esta vez, Xu no ha regresado después de que se lo llevaran a finales de la semana pasada, agrega la fuente.
La desaparición de Xu llega después de semanas de rumores en China sobre su posible detención y sobre fuertes pérdidas de la compañía. El millonario estaba inmerso en una batalla dialéctica con la prestigiosa periodista Hu Shulin, directora de la revista económica Caixin, sobre posibles irregularidades en la gestión de Anbang.
La campaña anticorrupción en marcha desde que el presidente chino Xi Jinping llegó al poder hace cuatro años ha puesto al sector financiero en el punto de mira, después de las fuertes oscilaciones de la Bolsa el año pasado y como parte de una serie de medidas para atajar una gigantesca burbuja de créditos y de compras inmobiliarias, cuyo estallido podría tener consecuencias incalculables. En abril, Xi convocó a los reguladores del sector para exigirles que renovaran su vigilancia.
El responsable de la comisión reguladora del sector de los seguros en China, Xiang Junbo, ya fue cesado en abril y quedó pendiente de una investigación. Poco antes, uno de los hombres más ricos de China, Xiao Jianhua, cuya empresa, Tomorrow Group, cuenta con participaciones en firmas financieras, aseguradoras e inmobiliarias, había sido secuestrado misteriosamente de sus aposentos en un lujoso hotel de Hong Kong y aparentemente trasladado a la China continental para interrogarlo. No se ha vuelto a saber de su paradero.
Según el profesor Hu Xingdou, del Instituto de Tecnología de Pekín, si se confirma, la detención de Xu “marca que la campaña anticorrupción ha entrado en una nueva etapa, para extenderse también a familiares de los líderes del Partido Comunista”.
Proyección internacional
Anbang saltó a la fama internacional en 2014, cuando adquirió por 1.950 millones de dólares, una cifra récord, el venerable hotel Waldorf Astoria de Nueva York, por el que han pasado incontables celebridades y que ha sido alojamiento habitual de los presidentes estadounidenses cuando visitaban la Gran Manzana.
Más recientemente, en 2016, desistió de una operación para comprar la cadena hotelera estadounidense Starwood por 14.000 millones de dólares. Aunque la razón oficial que alegó fue el evitar una larga batalla contra la cadena Marriott, también interesada en la adquisición, Caixin publicó entonces que las agencias reguladoras chinas probablemente rechazarían la operación, puesto que el monto superaría lo autorizado por las leyes nacionales para inversiones en el exterior. Anbang también ha intentado, sin éxito, comprar el banco portugués NovoBanco.
En los últimos meses había desatado la polémica al saberse que la firma se encontraba en negociaciones con la empresa inmobiliaria propiedad de Jared Kushner, el yerno del presidente Donald Trump, para adquirir un edificio de oficinas en la Quinta Avenida de Nueva York. La inversión se desestimó entre denuncias en Estados Unidos de un posible conflicto de interés para el asesor y confidente presidencial.
Este abril, la aseguradora estadounidense Fidelity & Guaranty Life rechazó una oferta de compra por parte de Anbang valorada en 1.600 millones de dólares.
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