Condenada una falsa médica acusada de aumentar glúteos con cemento
Una mujer es sentenciada a 10 años por la muerte de una paciente en Florida
El sur de Florida es el sótano de la cirugía plástica. Desde los años noventa no han dejado de repetirse tragedias sanitarias y muertes por operaciones estéticas hechas por individuos sin licencia o por doctores negligentes. No existe una cifra oficial sobre cuántos fallecidos o enfermos han dejado las malas prácticas o las estafas estéticas, pero el problema reaparece con frecuencia con casos truculentos. Este lunes, por ejemplo, ha sido condenada a diez años de cárcel una mujer que fue acusada de aumentar nalgas de pacientes con mezclas que incluían cemento o pegamento Super Glue. Durante el juicio no se ha llegado a confirmar que sus jeringuillas llevasen esos elementos. Oneal Ron Morris, de 36 años, fue sentenciada finalmente por operar sin licencia y por el homicidio involuntario de una paciente que murió en 2012 tras pasar por sus manos.
La víctima, Shatarka Nuby, había recibido entre 2007 y 2010 diez inyecciones de Ron Morris. En la investigación se determinó que su muerte se debió a un fallo respiratorio causado por movimientos dentro de su cuerpo de silicona que la falsa doctora le había inyectado en el trasero. En la sesión de la sentencia su madre acusó a Ron Morris de la “muerte inhumana” de su hija. La culpable negó su responsabilidad y dijo que “nunca” tuvo intención de herir a nadie ni de inyectar “sustancias desconocidas a ningún humano”. “He sido juzgada por los medios”, protestó. Al parecer, ella usaba los mismos productos para aumentarse sus nalgas. Su cuerpo ha quedado deformado.
Otras supuestas víctimas acudieron al juicio para asistir a su sentencia. La familia de la fallecida quería que fuese condenada a cadena perpetua. Una de las tres hijas huérfanas testificó que había visto una de las sesiones. Recordaba que Ron Morris tenía con ella un maletín negro con una jeringuilla y cinta adhesiva. Envolvió el trasero de su madre con cinta y le puso una inyección. El abogado de la sentenciada sostuvo que se trata de una condena injusta porque, según él, los pacientes sabían que ella no tenía licencia. Las víctimas afirman que La Duquesa, como era conocida Ron Morris entre su clientela, les garantizaba que usaría una silicona de máxima calidad.
Es la última gota de los horrores. Este mes, según registros de la prensa local, han muerto dos personas en Miami en operaciones de aumento de glúteos. Ranika Hall, de 25 años, viajó el 16 de marzo desde Kansas City a Hialeah, una ciudad-suburbio del Miami metropolitano. Murió el mismo día en un hospital tras entrar en parada respiratoria durante la intervención. Al día siguiente la clínica, Eres Plastic Surgery, hizo un comunicado expresando sus “profundas condolencias” y ofreciendo “sus oraciones en momentos difíciles”. El Nuevo Herald informó de que esta clínica se había cambiado de nombre después de que un año atrás muriera otra paciente de aumento de glúteos, Heather Meadows, de 29 años y que había ido a Florida desde Virginia Occidental. Una semana antes que Meadows, una joven de 19 años había sufrido tres paros cardíacos en un solo día al someterse a una liposucción en este lugar. Otra mujer, Nikisha Lewis, murió el 6 de marzo pasado después de pasar por otro aumento de nalgas en otra clínica de Miami. El atractivo de las clínicas del sur de Florida se basa fundamentalmente en precios asequibles para bolsillos humildes.
En enero pasado murió en Miami Luis Alberto Silva, un transexual venezolano, por una infección derivada de una operación de aumento de glúteos que se había hecho años atrás.
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