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Jammeh cede a las presiones y se marcha de Gambia

Deja el poder al legitimo sucesor en el cargo, Adama Barrow, quien ganó las elecciones en diciembre

José Naranjo
Soldados senegaleses, en la frontera de Gambia el viernes 20 de enero de 2017.
Soldados senegaleses, en la frontera de Gambia el viernes 20 de enero de 2017. Sylvain Cherkaoui (AP)

Yahya Jammeh se marcha. El expresidente de Gambia, derrotado en las elecciones del pasado 1 de diciembre pero decidido a aferrarse al sillón presidencial, ha acabado por ceder a la intensa presión ejercida por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) y ha aceptado dejar el poder y abandonar el país, tal y como le reclamaban sus vecinos africanos. Sin embargo, las negociaciones para definir los detalles de su partida se prolongaron durante la noche del viernes.

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La crisis política que ha vivido Gambia durante los últimos meses alcanzó este viernes su jornada decisiva. Una delegación de la Comunidad de Estados de África Occidental (Cedeao) llegaba al mediodía a Banjul, la capital gambiana, con el claro objetivo de convencer al expresidente Yahya Jammeh de que abandonara el país y cediera el sillón presidencial a su sucesor, Adama Barrow, quien juró su cargo el día anterior en Senegal. De lo contrario, las tropas senegalesas bajo mando de la Cedeao que ya traspasaron la frontera este jueves y permanecían a la espera (al menos 1.500 efectivos) recibirían la orden de avanzar sobre la capital.

Se trataba del último intento de negociar una salida pacífica y de la última oportunidad para el expresidente gambiano, quien permanecía aún en el Palacio Presidencial rodeado de un grupo de mercenarios, que él mismo contrató en las últimas semanas porque desconfiaba de su propio Ejército. La Cedeao dio un plazo a Jammeh que expiraba este viernes a las doce del mediodía y que luego se prolongó hasta las cuatro de la tarde. La reunión, que duró unas cinco horas, acabó con la renuncia de Jammeh.

Los integrantes de la delegación que logró doblegar la voluntad del expresidente fueron Alpha Condé, presidente de Guinea, Mohamed Ibn Chambas, representante del secretario general de la ONU para África occidental y el Sahel, y Mohamed Ould Abdel Aziz, presidente de Mauritania, quien pese a no pertenecer a la Cedeao ha mantenido siempre excelentes relaciones con el propio Jammeh. Aunque en principio estaba prevista la presencia de la presidenta de la Cedeao, Ellen Johnson-Sirleaf, finalmente esta declinó participar en la misión.

Mientras tanto, el Ejército de Jammeh se había ido desmoronando sin necesidad de disparar un solo tiro: los comandantes en jefe de los tres principales batallones del país, acuartelados en Yundum, Faraja y Farafenni, están desaparecidos desde el jueves por la noche. El propio jefe de las Fuerzas Armadas, el general Ousmane Badjie, celebró la investidura de Adama Barrow en las calles de Banjul junto a cientos de personas, y manifestó su lealtad al nuevo presidente este mismo viernes. Jammeh estaba cada vez más solo.

Las tropas senegalesas que penetraron el jueves en suelo gambiano estaban acantonadas en puntos próximos a Farafeni y Seleti, a menos de dos horas de la capital, así como en Karang al otro lado de la frontera, dispuestas a entrar en acción y avanzar sobre Banjul si fracasaba la mediación africana, lo cual ya no será necesario. Durante su avance de este jueves no encontraron ninguna resistencia por parte de los soldados gambianos.

Durante todo el día en las calles de Banjul se respiró un ambiente de tensa espera. En las últimas 48 horas muchos comercios y restaurantes permanecieron cerrados, así como buena parte de los servicios de la Administración. En el aeropuerto, decenas de turistas que no pudieron salir en los últimos días seguían siendo evacuados en vuelos especiales.

Por su parte, el Ministerio de Defensa español ha enviado un buque que llegará este sábado a Dakar, con el objetivo de colaborar en una posible evacuación de los ciudadanos españoles que permanecen en el país. La representante de la Embajada de España en Gambia [que tiene su sede Dakar, en Senegal] y el oficial de enlace de la Guardia Civil disponen de un plan de evacuación por si fuera necesaria su aplicación. También están en contacto con el centenar de españoles que se encuentran en la zona. Pese a ello, varias decenas han preferido salir del país en los últimos días, tanto para volver a España como para permanecer a la espera de acontecimientos en el vecino Senegal.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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