La policía investiga los vínculos de los ataques de Nueva York con el terrorismo islamista
El padre advirtió al FBI contra la radicalización su hijo en 2014 y luego se retractó
Las bombas colocadas en Nueva York y Nueva Jersey a lo largo del pasado fin de semana constituyeron un acto de terror. Las autoridades lo declararon así finalmente el lunes y lo que tratan de clarificar ahora es si, como apuntan nuevos indicios, se trata de un ataque impulsado por el islamismo radical. El padre de Ahmad Khan Rahami, el estadounidense de origen afgano de 28 años detenido como sospechoso, advirtió en 2014 al FBI que su hijo era un terrorista, pero luego se retractó, según The New York Times.
Rahami fue detenido en 2014 por un caso de violencia familiar, al apuñalar a su hermano en medio de una disputa, por lo que pasó tres meses en prisión. El suceso llevó al padre, Mohamed, a avisar a las autoridades de que su hijo era un terrorista. Después, entrevistado por el FBI, se retractó y atribuyó sus palabras al enfado. Este martes, frente al restaurante familiar en Elizabeth (Nueva Jersey), Mohamed confirmó aquella denuncia. “Llamé al FBI hace dos años”, dijo a los periodistas. Allí mismo le preguntaron a ese padre si creía que su hijo era un terrorista. “No”, respondió, “y el FBI lo sabe”.
Ningún grupo terrorista ha reivindicado la autoría de los cuatro artefactos. Y los 29 heridos por el único de ellos que estalló causando daños personales, el del sábado por la noche en el barrio de Chelsea, en Manhattan, lleva fuera del hospital desde el domingo. Miedo reavivado Pero estas bombas han tenido un efecto más allá de la sangre, han reavivado el miedo al terrorismo en el epicentro del 11-S, el atentado más grave la historia de Estados Unidos, justo a los 15 años del ataque.
WATCH: Man suspected of planting bombs in NY, NJ being held on $5.2 million bail. CBS2's @BurrellTV reports. pic.twitter.com/pDAbADMqgm
— CBS New York (@CBSNewYork) September 20, 2016
Cargos por los explosivos
Los federales le imputaron cargos formalmente de colocar los explosivos. El sospechoso aparece en un vídeo grabado en el barrio de Chelsea antes y después de la explosión. También hay pruebas físicas que vinculan a Rahami con el artefacto, una olla a presión cargada de metralla, así como con la mochila con varios artefactos explosionada en una papelera en el Seaside Park de Nueva Jersey.
Poco a poco aparecen nuevos indicios que abonan la hipótesis islamista, de que Rahami habría atacado tras su radicalización, pero se desconoce si lo hizo solo y si tuvo quien le adiestrara. Según la CNN, Rahami había viajado en varias ocasiones a Afganistán y Pakistán, e incluso vivió en este último país durante un año, hasta marzo de 2014, en casa de unos familiares. Algunos amigos afirmaron el lunes que, tras su viaje a Afganistán, se había volcado más en el cumplimiento de los ritos religiosos.
Otras fuentes de la investigación, citadas por la cadena televisiva CBS, sostienen que se ha encontrado material que refleja que el joven era “consumidor de múltiples ideologías radicales de diferentes grupos terroristas”. Y, además, que se han encontrado referencias a Osama Bin Laden y al clérigo radical Anwar al Awlaki, quien murió por el ataque de un dron estadounidense hace cinco años.
Rahami fue arrestado el lunes por la mañana después de que las autoridades lanzasen una alerta con su nombre y su fotografía. La detención se produjo, tiroteo mediante, en una localidad de New Jersey, Linden, cercana a donde vive, Elizabeth. Allí tiene su familiar un restaurante llamado First American Fried Chicken (Primer pollo frito americano, en español), cuyos clientes llevan un día sin dar crédito a lo que ocurre.
Detalles de los viajes a Afganistán
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.