Uruguay frente al Goliat del comercio internacional
En la última década, el país logró entrar en 46 nuevos mercados ¿podrá mantenerlos?
¿Es posible que uno de los países más aislados del mundo, con apenas tres millones de habitantes y una economía basada en la agricultura y la ganadería pueda entrar en las grandes ligas del comercio internacional? La respuesta es sí, y se trata de Uruguay.
Puede parecer inusual que este país ubicado entre los dos gigantes de Latinoamérica –Argentina y Brasil- se trate de tú a tú en los mercados internacionales. Pero políticas comerciales estables, con tasas anuales de dos dígitos en exportaciones e importaciones, han hecho de Uruguay un David frente al Goliat del comercio mundial.
Las condiciones favorables de las materias primas en la última década ayudaron sin dudas al país a posicionarse internacionalmente y recuperarse de la dura crisis de la fiebre aftosa de 2001 y de la bancaria y monetaria de 2002.
A partir de ahí, el viento comenzó a soplar a favor, principalmente las ventas externas de cereales y, por ejemplo, las exportaciones de soja –que en 2001 eran de apenas 1,5 millones de dólares- alcanzaron los 1.600 millones de dólares en 2014, lo que representa un 3% de las exportaciones totales del mercado mundial.
Asimismo, los flujos de inversión extranjera directa crecieron diez veces entre 2000 y 2012. Y la participación del sector privado fue clave para garantizar la presencia del pequeño país en el escenario internacional, según un reciente estudio del Banco Mundial (i).
Según la investigación, entre 2000 y 2013 Uruguay logró entrar en 46 nuevos mercados y uno de sus productos estrella, la carne vacuna, ya tiene acceso a 30 nuevos destinos, muchos de ellos altamente exigentes en términos de calidad, consolidándose entre los 10 mayores exportadores del mundo junto a Brasil, e incorporando conocimiento al producto a lo largo de las distintas fases de producción.
“Para una economía pequeña como la de Uruguay, la integración en el mercado mundial es uno de los vehículos más poderosos para el crecimiento y el desarrollo. Participar activamente en el comercio internacional permite a las empresas uruguayas ser más productivas, al lograr economías de escala y aprender a través de la exposición a las tecnologías, el conocimiento y las ideas internacionales”, afirma Gonzalo Varela, economista experto en temas comerciales del Banco Mundial.
Qué enseñar, qué aprender
Las lecciones aprendidas en los últimos años permiten a Uruguay ser referente en algunas áreas, por ejemplo la trazabilidad de su ganado vacuno, que permite al consumidor saber cómo fue la trayectoria del filete que está a punto de comer desde que nació el animal hasta que llegó a la góndola del supermercado.
Este fue el punto decisivo que ayudó a los ganaderos asegurarse la entrada a la Unión Europea, con uno de los más exigentes del mundo, y podría servir de ejemplo a otros países europeos que no forman parte de ese bloque y que deben ajustar sus normas para entrar a ese mercado.
Pero el actual contexto de desaceleración mundial presenta una serie de desafíos para que el país mantenga sus tasas de crecimiento, que entre 2003 y 2013 fue de un promedio del 5% anual. Los más importantes son productividad, infraestructuras y diversificación, según el estudio.
La productividad, sumada a la innovación, es clave para ser competitivos y asegurar los mercados y entrar en nuevos destinos. “Las empresas uruguayas muestran bajas tasas de supervivencia en los mercados internacionales en comparación con sus pares”, revela el estudio.
Asimismo, estar geográficamente alejado de los principales polos de crecimiento comercial en el mundo es una desventaja para el país. “Para los exportadores uruguayos de mercancías, resulta importante garantizar una excelente conexión. El auge de las exportaciones de esta década puso considerable presión en la infraestructura de la logística y se necesitan más inversiones”, dice el estudio.
Según los datos recogidos, el volumen de las mercancías transportadas por la red de carreteras entre el 2000 y 2011 aumentó en 180%. Sin embargo, solo el 40% de las rutas se encuentra en buenas o muy buenas condiciones. Y de acuerdo al Foro Económico Mundial de 2014, la infraestructura de carreteras y vías férreas de Uruguay ocupa los puestos 90 y 103 de 144 países con respecto a su calidad.
En cuanto a la diversificación, el estudio muestra que los nuevos productos de exportación solo representaron el 6% del crecimiento de las exportaciones entre 2010 y 2013. El foco debe estar en la exportación de servicios modernos, intensivos en conocimiento, una oportunidad de gran potencial para Uruguay, agrega.
*María José González Rivas es editora online del Banco Mundial
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