El grave ataque del ELN colombiano compromete su proceso de paz
La guerrilla asegura que liberará a los dos secuestrados y dice que en el ataque murieron 18 uniformados, no 12, la cifra que comunicó el Gobierno
La muerte de 12 uniformados, 11 militares y un policía, según la versión oficial, tras una emboscada en la madrugada del domingo al lunes por parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Las negociaciones no ha conseguido iniciarse pese a que los diálogos exploratorios se iniciaron de forma oficial en mayo del año pasado. Dos uniformados permanecen secuestrados. El ELN ha asegurado, en un comunicado la noche del martes, que los liberará "en los próximos días". El texto asegura que en total murieron 18 uniformados.
El ataque del lunes ocurrió, según la versión oficial, mientras el convoy militar, de entre 30 y 40 miembros, garantizaba la seguridad de los resultados electorales de una zona rural del departamento de Boyacá, en el centro nororiental del país. Los uniformados custodiaban 130 votos emitidos en dos mesas por ciudadanos de la jurisdicción de Bocotá, comunidad indígena U´wa del municipio de Güicán, a unos 200 kilómetros de Tunja, la capital de la región.
La zona, una comunidad enclava en la Sierra Nevada del Cocuy, fría, escarpada y despoblada, fue sembrada con explosivos, según explicó el comandante del Ejército, el general Alberto Mejía. Además, los militares, que no suelen tener una presencia fija en el lugar, por lo que no conocen tanto el terreno como la guerrilla, fueron atacados con fusiles.
Se trata del mayor ataque de la historia del ELN contra la fuerza pública, según datos del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC) y ocurre solo cinco días después de que nueve guerrilleros muriesen en una operación del Ejército. Hay que remontarse a 1993 para encontrase con un atentado de esta magnitud por parte del ELN. Precisamente en Güicán, 14 militares murieron en dos operaciones, cuatro durante un ataque y 11 en la posterior emboscada. En agosto de 2013, una operación conjunto de las FARC y el ELN mató a otros tantos soldados y ocho resultaron heridos, según CERAC. Las operaciones por parte del Ejército tampoco han cesado.
El atentado del lunes se produjo en una zona estratégica y de presencia tradicional del ELN, integrada en lo que se conoce como el ABC, la unión de los departamentos de Arauca, Boyacá y Casanare. En el caso de Boyacá, ha sido empleado también como corredor de comunicaciones con los departamentos de Santander y Norte de Santander, fronterizos con Venezuela, donde la segunda guerrilla del país ha encontrado resguardo.
Nada más confirmar el suceso, el presidente Santos ordenó intensificar los operativos contra la guerrilla: "Es un hecho que demuestra que el ELN no ha entendido que es un tiempo de paz y no de guerra (...) Si el ELN cree que con estos actos va a ganar espacio político o fortalecerse en una eventual negociación, está totalmente equivocado".
Por su parte, la radio oficial de la guerrilla, uno de los múltiples canales de comunicación del ELN, aseguraba en un mensaje a través de una red social a este diario que en los próximos días habrá un comunicado oficial: “Nuestro único llamado es al cese bilateral urgente e inmediato. Nosotros no tenemos aviones, pero tenemos la decisión de seguir luchando o dialogando con seriedad por las transformaciones que requiere el país. Debe entenderse que el dolor de la madre de un guerrillero asesinado en bombardeos es igual de profundo y lamentable como el de la madre de un soldado o policía...el cese bilateral es urgente y necesario”.
El Gobierno y el ELN llevan desde mayo del año pasado dialogando para iniciar un proceso de paz como el que se desarrolla desde hace casi tres años en La Habana con la principal guerrilla del país, las FARC, y poner fin a un conflicto armado que ha dejado más de siete millones de víctimas. Según varias fuentes oficiales, este miércoles estaba previsto una reunión entre la delegación del Gobierno y la de la guerrilla para ultimar los aspectos de la agenda de negociación.
El ELN nació en 1964, casi a la par que las FARC, con una ideología que mezcla cristianismo, marxismo y nacionalismo radical. La extorsión y los secuestros, que se cuentan por miles, han sido su fuente de financiación principal, aunque en los últimos años los vínculos con el narcotráfico han ido a más. En la actualidad se calcula que tiene unos 2.000 miembros y fuerte apoyo en algunas zonas del país, como Arauca, donde la base social se cifra en torno a unas 40.000 personas.
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