“La época de las amnistías y los indultos ya pasó”
Juan Fernando Cristo pide que la oposición se “una” en torno a este esfuerzo por la paz
Pese a los reveses y tensiones, el ministro colombiano del Interior, Juan Fernando Cristo (Cúcuta, 1964), se siente optimista respecto a las negociaciones de paz con las FARC. Demasiado se ha andado para echarlo ahora todo por la borda, sostiene este político que pese a su tragedia personal -su padre, el congresista Jorge Cristo fue asesinado por el ELN- siempre ha defendido la necesidad de poner fin a un conflicto que lleva desangrado el país desde hace medio siglo.
Pregunta. Los cuatro meses fijados, ¿son un ultimátum del presidente Juan Manuel Santos a las FARC?
Respuesta. No es necesariamente un ultimátum porque ha surgido de la mesa de negociaciones. Hay que entenderlo como la expresión clara por parte de las FARC de que han comprendido no al Gobierno colombiano, sino a la opinión pública y a la sociedad, en el sentido de que el proceso no se puede prolongar indefinidamente.
P. ¿No es entonces un plazo prorrogable?
R. Hasta el momento no. Habrá que evaluar en cuatro meses la situación.
P. ¿En qué van a consistir las medidas de desescalamiento anunciadas?
R. Lo más importante es que se ha reiterado la voluntad y decisión política de las partes de llegar a un fin del conflicto. El proceso ha avanzado tanto que no vale la pena retroceder ante las dificultades. Los cuatro meses es un tiempo razonable para poder avanzar y evaluar con el cumplimiento de los anuncios de las FARC en materia de cese unilateral de fuego, la posibilidad de entrar ya en la recta final de la firma de los acuerdos de paz. Ya los temas puntuales de cuáles van a ser las medidas de desescalamiento tendrán que irse avanzando en la medida en que las FARC cumplan con el cese unilateral.
P. ¿Se puede hablar de un cese bilateral de facto?
R. No. Solo en la medida en que se avance en el punto de la justicia, que es el tema central para avanzar en la negociación, podría empezar a pensarse en la posibilidad de evaluar un cese bilateral del fuego; ya al final de la negociación, bilateral y definitivo. No tendría ningún sentido hacer un cese bilateral hoy que no tenga garantía de que se va a llegar al fin del proceso y que no sea definitivo.
P. Usted dice que el gran reto es el punto de la justicia. ¿Qué es negociable y qué no?
R. El presidente ha nombrado unas líneas rojas que no va a traspasar bajo ninguna circunstancia, eso lo puede tener claro el pueblo colombiano y la comunidad internacional.
La época de las amnistías y los indultos en un proceso de paz para quienes han empuñado las armas pasó ya. No es posible hoy, no es viable ni por los compromisos jurídicos internacionales ni por la aceptación pública colombiana pensar en leyes de amnistía e indulto en el país o en este proceso. Sí es viable avanzar en la implementación de mecanismos de justicia transicional que se puedan aplicar a los integrantes de las FARC que tomen la decisión de renunciar a las armas, de contribuir con la verdad, con la reparación de las víctimas, de garantizar la no repetición de los hechos, la solicitud de perdón a las víctimas. Allí está abierta la posibilidad de la aplicación de mecanismos de justicia transicional contemplados en la Constitución colombiana
P. ¿Qué posibilidades hay de que Simón Trinidad (encarcelado en EE UU) acabe en la mesa de negociaciones de La Habana?
R. Hasta el momento no se ha planteado ni se ha conversado con el gobierno norteamericano esa posibilidad. Eso ha sido un planteamiento de las FARC que no ha tenido un desarrollo en la relación bilateral entre Colombia y EE UU.
P. ¿Qué espera de la oposición colombiana en esta nueva fase?
R. Esperamos que contribuya a crear un clima que permita ponerle fin al conflicto a Colombia. La oposición ha venido haciendo sugerencias importantes al proceso, observaciones, algunas de las cuales son válidas, otras expresan diferencias con el gobierno. El país tiene una oportunidad única e irrepetible de conseguir la paz en Colombia, no será fácil encontrar un nuevo escenario como este. Y creo que cuando avance en esta recta final, el pueblo colombiano y los sectores que hoy hacen oposición entenderán que tenemos que unirnos todos en torno al propósito de la paz.
P. ¿Usted es optimista?
R. Yo soy muy optimista, tengo esperanza de que se consiga la paz. A pesar de los atentados, creo que hay una decisión política de las FARC de dejar las armas. No es fácil implementar esa decisión después de más de 50 años de estar generando violencia y es natural que se presenten crisis como la actual, pero son crisis que también generan oportunidades, que son las que creo que en los próximos meses se van a dar.
Quienes hemos sufrido directamente la violencia en Colombia, creo que en su inmensa mayoría estamos apostándole a que se consiga la paz para que no tengamos una víctima más en el país.
P. ¿Es esta paz posible si no se incorporan al proceso el ELN?
R. El gobierno ha estado con las puertas abiertas para iniciar una negociación formal con el ELN, seguimos en la etapa exploratoria, hay conciencia de que para conseguir una paz integral en el país es importante avanzar en las conversaciones con el ELN. Lamentablemente, el ELN no ha tenido una decisión clara, una voluntad política de dejar las armas hasta el momento, esperamos que podamos tener buenas noticias próximamente en ese frente también.
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