Santos insiste en la necesidad de acelerar las negociaciones de paz
El presidente colombiano asegura que “el tiempo se agota” y no se puede dar por sentado un “acuerdo final”
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha insistido este martes en la necesidad de acelerar el proceso de paz con la guerrilla de las FARC. “El tiempo, infortunadamente se agota, no podemos dar por sentado que llegaremos al acuerdo final”, ha asegurado el mandatario colombiano en un foro de la paz en Oslo, donde en octubre de 2012 se instauró formalmente la mesa de negociaciones que se desarrolla en La Habana y que tiene al país nórdico y a Cuba como garantes.
Con la opinión pública colombiana cada vez más dividida entre quienes creen en el diálogo y los que apuestan por la victoria militar, Santos ha hecho hincapié en que “es tiempo de reconocer que la guerra, como un mecanismo definitorio en los conflictos de la actualidad, simplemente se ha vuelto obsoleta”. En un contexto de escalada de atentados por parte de las FARC contra militares e infraestructuras, el presidente colombiano asume el desgaste que ha sufrido: “Si llegamos a un acuerdo, si logramos dejar de matarnos entre nosotros después de medio siglo de guerra, el costo político en el que habré incurrido será una inversión rentable. Si no, al menos iré al a tumba en paz”.
“Levantarse de la mesa significa 20 años más de guerra”, ha insistido Santos un día después de reunirse en El Vaticano con el Papa, cuya mediación en el conflicto no descartó pese a que, en un inicio, tanto el Gobierno como las FARC descartaron la presencia de mediadores en La Habana. Todo dependerá, sugirió, de si las partes se “enfrascaran” en algún punto de la negociación. “El hecho de que el Papa esté interesado [en una solución para el proceso] es algo que a los colombianos y personalmente a mí, me complacen”, dijo Santos, quien rechazó tajantemente haber hablado de una posible reunión con la guerrilla durante la visita que el Papa tiene previsto a Cuba en septiembre: “No mencionó esa posibilidad y no la discutimos”.
Prácticamente al mismo tiempo que Santos insistía en acelerar el proceso, en Colombia, el expresidente y actual senador Álvaro Uribe, principal opositor a las negociaciones de La Habana, pidió que se suspenda el diálogo “sin levantar la mesa, por respeto a las fuerzas armadas” ante los últimos ataques. En un texto enviado a la W Radio, Uribe, que se mostró “amigo de mantener el proceso de paz”, recalcó: “Siempre he pensado que el diálogo creíble tiene que empezar con un gesto de buena fe y ese es el cese unilateral de acciones delictiva con concentración y vigilancia” de los guerrilleros. Este espacio, sugirió, “podría ser una extensión prudente, no en zona de frontera y que no coincida con áreas estratégicas de la economía y esté carente de población civil”. Uribe fue más allá y aseguró que “podría buscarse un sustento para los guerrilleros concentrados. El tiempo de concentración podría descontarse de las condenas de cárcel a los cabecillas”.
Los negociadores del Gobierno y de las FARC se volverán a sentar a partir de este miércoles, hasta el próximo 27 de junio. El número dos de la guerrilla, Iván Márquez, ha asegurado que se establecerán los protocolos para la entrega de los 13 menores de 15 años que forman parte de las FARC y que están “refugiados” en sus campamentos, lo que se une al compromiso de no volver a reclutar a menores de 17 años. Por su parte, la intención de los negociadores del Gobierno, que incorpora a su equipo a la canciller, María Ángela Holguín, es avanzar en materia de justicia transicional.
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