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Obama aplaca la rebelión demócrata contra el tratado transpacífico

Trece senadores del partido del presidente rectifican y aprueban concederle autoridad para negociar directamente un acuerdo

Feinstein es una de las demócratas que ha cambiado de criterio.
Feinstein es una de las demócratas que ha cambiado de criterio.ALEX WONG (AFP)

La rebelión ha sido breve. Los senadores del Partido Demócrata pasaron en dos días de hacer fracasar a autorizar una propuesta que concede poderes al presidente Barack Obama para negociar un acuerdo comercial con los países de la cuenca del Pacífico. La presión del demócrata Obama a sus compañeros de partido surgió efecto. El presidente ha hecho de ese acuerdo una de sus mayores prioridades de su segundo y último mandato, que finaliza en enero de 2017.

En una votación preliminar, el Senado aprobó este jueves dotar al presidente de la capacidad de negociar directamente el acuerdo final sin que el Congreso pueda enmendarlo. Los legisladores se limitarían a aprobar o rechazar el tratado, lo que respalda la posición estadounidense ante los otros once países -americanos y asiáticos- negociadores de la cuenca del Pacífico. Todos representan, junto a Estados Unidos, el 40% de la economía y un tercio del comercio mundial.

La propuesta, conocida como fast-track (vía rápida) en la jerga comercial, necesitaba en el Senado un mínimo de 60 votos, de un total de cien, para superar la minoría de bloqueo. El martes, solo un senador demócrata votó a favor. Este jueves, lo hicieron 13, lo que permitió que la votación preliminar avanzara con 65 apoyos y 33 rechazos.

La presión de la Casa Blanca y las concesiones de la cúpula republicana en el Senado explican el cambio de criterio de una parte de los demócratas

Para convertirse en ley, la propuesta debe ser ahora aprobada en una votación final del pleno del Senado. Y luego ratificada por la Cámara de Representantes, donde la pelea puede ser más intensa. El Partido Republicano controla ambos hemiciclos del Capitolio y la mayoría de sus legisladores apoyan la Asociación Transpacífica (el nombre del tratado, TPP en sus iniciales en inglés). Pero precisan de un mínimo respaldo demócrata para que avance.

El tratado de libre comercio ha encendido al flanco izquierdista y a las bases sindicales del Partido Demócrata. Esgrimen que el desembarco de productos y servicios extranjeros puede desencadenar deslocalizaciones y rebajas salariales. La Casa Blanca ha contraatacado con una intensa campaña de lobby político y empresarial.

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Tras el revés que recibió el martes, Obama se reunió en la Casa Blanca con diez senadores demócratas partidarios de un mayor aperturismo comercial. El equipo de comunicación del presidente difundió el nombre de los senadores, algo poco habitual. El gesto se interpretó como un modo de presión.

En paralelo, el liderazgo republicano del Senado -tradicional enemigo legislativo de Obama pero aliado en su política comercial- cedió para satisfacer a los demócratas: permitir una votación paralela del fast-track del TPP y de una iniciativa para castigar a China (que no integra el tratado) por una supuesta manipulación de su moneda para abaratar exportaciones.

Es un gesto simbólico. La iniciativa contra la manipulación de divisas superó con holgura este jueves la votación, pero ahora debe ser ratificada por la Cámara de Representantes. Y en caso de ser finalmente aprobada, lo más previsible es que Obama la vete.

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