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“La epidemia de violaciones en África es un problema que se está enraizando”

Periodistas y representantes de la Eurocámara debaten sobre derechos humanos y redes sociales en Madrid

María Sosa Troya
Martin Schulz (dcha), junto a Denis Mukwege, premio Sájarov 2014.
Martin Schulz (dcha), junto a Denis Mukwege, premio Sájarov 2014.F. S.

La violación como arma de guerra brutal, devastadora, capaz de destruir comunidades enteras. El ginecólogo congoleño Denis Mukwege dedica su vida a luchar contra esta práctica, muy extendida al este de su país. En el hospital Panzi, que el doctor fundó hace 16 años en la región de Kivu, han sido atendidas 42.000 mujeres y niñas que han sido violadas y torturadas. El Parlamento Europeo le entregó la semana pasada el premio Sájarov a la libertad de conciencia. Y la oficina de la Eurocámara en España ha organizado esta tarde en el Teatro Fígaro, en Madrid, un debate acerca de los derechos humanos y el papel de las redes sociales en su defensa. La discusión ha partido precisamente de la violencia sexual, “una epidemia que se está enraizando en África”, según ha descrito el periodista Xavier Aldekoa.

Mukwege empezó hace años a reparar con sus propias manos cuerpos de mujeres que venían destrozados, y llegó un momento en que se dio cuenta de que los casos estaban conectados, que eran parte de una estrategia”, ha apuntado la socialista Elena Valenciano, presidenta de la comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior del Parlamento Europeo. Se trata de una forma de acabar con la comunidad, de agraviar al hombre, de hacer que la mujer se convierta en madre de un niño que es fruto de una agresión. “Mukwege me dijo que las violan para acabar con la puerta de la vida”, ha continuado la eurodiputada, quien ha recalcado que la Unión Europea “es el primer donante en África”, si bien ha reconocido “que podría hacer más”.

En el debate, que ha sido moderado por Montserrat Domínguez, directora del Huffington Post, también han intervenido Xavier Aldekoa –-corresponsal de La Vanguardia en África--; Jordi Pérez Colomé –-experto en redes--; Carlos Bajo --periodista especializado en el continente africano--, y una decena del más de centenar de asistentes como público. El cantautor Marwan, quien ha defendido la carta fundamental de los derechos humanos como “la línea rectora de todas las conciencias” y ha recordado el “sufrimiento constante de palestinos y saharauis”, ha ofrecido un pequeño concierto después de la charla.

La violencia sexual no ha sido la única violación de derechos humanos que ha centrado la jornada. La conversación ha pasado por asuntos como la mutilación genital femenina –-“más de 140 millones de mujeres han sufrido una ablación”, ha recordado Mari Paz García, de la Confederación Nacional de Mujeres en Igualdad— o el secuestro de 200 estudiantes nigerianas por parte del grupo terrorista islamista Boko Haram. “Es conveniente tener presente que la campaña #BringBackOurGirls (devuelvan a nuestras chicas), que consiguió tres millones de tuits en solo una semana, surgió en Nigeria, aunque luego ‘celebrities’ como Michelle Obama se apoderaran de ella”, ha apuntado Carlos Bajo. “Las redes sociales por sí solas no cambian el mundo, pero son un instrumento”, ha indicado Pérez Colomé. “La primavera árabe es un ejemplo de su eficacia. En un sistema en que la televisión, la prensa y la radio están controlados por un mismo tipo de voz, son capaces de convertirse en una herramienta de movilización ciudadana”, ha añadido, para más tarde reconocer, sin embargo, que la presencia ciudadana en Twitter no está aún tan extendida.

El debate ha desembocado en la obsesión en alejar a las niñas de las aulas y en el papel fundamental de las mujeres como sustento de la sociedad en África. “En Marruecos el porcentaje de presencia femenina en la escuela primaria es del 98%. En secundaria, del 18%”, ha señalado Valenciano. “La educación es una herramienta fundamental para las mujeres. Educando a niñas estás educando a toda la comunidad”, ha continuado. “Es un arma de construcción masiva. El yihadismo no podría conseguir tanto si hubiera educación”, ha indicado Aldekoa. Montserrat Domínguez ha concluido citando al doctor Mukwege al recoger el premio Sájarov en la Eurocámara: “Dijo que los derechos humanos son la plusvalía de la UE. Apelaba a las instituciones y a los Estados miembros, pero me gustaría pensar que también se trata de una responsabilidad moral de los europeos”.

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Sobre la firma

María Sosa Troya
Redactora de la sección de Sociedad de EL PAÍS. Cubre asuntos relacionados con servicios sociales, dependencia, infancia… Anteriormente trabajó en Internacional y en Última Hora. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y cursó el Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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