Boko Haram amenaza con vender como esclavas a 223 jóvenes nigerianas
La secta radical islamista secuestró a las chicas, de entre 17 y 18 años, de una escuela internado el pasado abril
"Yo secuestré a vuestras hijas y voy a venderlas en el mercado, en el nombre de Dios". Con estas palabras difundidas en un vídeo este lunes, Aboubakar Shekau, líder del grupo terrorista Boko Haram, anunciaba sus planes respecto a las 223 jóvenes que secuestró de una escuela de la localidad de Chibok, en el noreste de Nigeria, el pasado 14 de abril. Con un tono claramente amenazador, el líder terrorista, a quien el Gobierno nigeriano prácticamente dio por muerto el año pasado, aseguró que "ya había dicho que la educación occidental debía acabarse. Niñas, tenéis que dejar la escuela y casaros". Además, unas pocas adolescentes, según el mensaje difundido por Boko Haram, van a quedar en manos de esta organización radical para que les sirvan como esclavas y serán obligadas a casarse con sus integrantes.
En el video, de 57 minutos de duración, Shekau aparece vestido de militar delante de un vehículo de transporte blindado y dos pickups con ametralladoras. Escoltado por otros seis terroristas, se expresa en hausa, árabe e inglés y dirige, una vez más, sus críticas contra la democracia, la educación occidental y contra aquellos que no siguen los preceptos del Islam.
Desde hace varios días circulaban informaciones coincidentes respecto al paradero de las jóvenes, muchas de ellas de entre 17 y 18 años, que ahora parecen confirmarse. Según testimonios recogidos por France Press, algunas ya habrían sido vendidas por doce dólares en zonas fronterizas de Chad y Camerún. La policía ha informado también de que en un principio la cifra de secuestradas era de 276, pero 53 de ellas lograron escapar de sus captores y han contado que, tras atacar a los guardias de la escuela, los terroristas las subieron en camiones y la trasladaron hasta una zona boscosa próxima a Camerún, donde las obligaron a cocinar para ellos. En un primer momento, muchas pensaron que se trataba de soldados porque iban vestidos de militares.
Desde que se produjo el secuestro, los padres de las jóvenes y numerosas organizaciones de la sociedad civil han puesto en marcha una amplia campaña, que se ha intensificado en los últimos días, demandando una mayor implicación al Gobierno nigeriano en la búsqueda y rescate de las chicas, pero también tratando de movilizar a la comunidad internacional. La comunidad nigeriana en Nueva York también ha protagonizado marchas de protesta.
En este sentido, el presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, que admitió desconocer el lugar donde estaban las jóvenes, aseguraba este domingo durante una entrevista televisada que "hemos hablado con países de los que esperamos una ayuda y los Estados Unidos ha sido el primero. Ya he hablado dos veces con el presidente Obama". La respuesta ha llegado también este fin de semana de la mano del secretario de Estado de EEUU, John Kerry, que ha asegurado en una entrevista a The Washington Post que "haremos todo lo posible para para ayudar al Gobierno nigeriano a devolver a estas jóvenes a sus casas y para llevar a los autores ante la Justicia".
Chibok se encuentra en el estado Borno, feudo principal del grupo terrorista Boko Haram (que significa "la educación occidental es pecado"), que en los últimos diez años ha provocado más de 4.000 muertos en decenas de ataques y atentados en Nigeria y contra quien el Ejército libra una guerra no declarada. Este grupo radical, el más sanguinario de cuantos operan en África en la actualidad, pretende la aplicación de la sharia o ley islámica en todo el país y el abandono de la educación occidental. Sin embargo, los miembros de Chibok, en su mayor parte agricultores, decidieron ignorar las amenazas de los terroristas y escolarizar a sus hijas en el único colegio público que existe en la localidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.