Una gran coalición de centro izquierda desafía al peronismo
Cinco candidatos presidenciales opositores crean el Frente Amplio-UNEN con el fin de llegar a la Casa Rosada en 2015
Queda un año y medio hasta que el 18 de octubre de 2015 se celebren las elecciones presidenciales de Argentina. Pero hace meses que el tema viene acaparando titulares. La presidenta, Cristina Fernández, no termina de conceder su apoyo a ningún candidato y el peronismo se encuentra dividido. La oposición de izquierda y de centroizquierda arrastra también una historia legendaria de divisiones. Sin embargo, este martes logró presentar por fin a cinco candidatos presidenciales agrupados bajo una flamante coalición con el nombre de Frente Amplio-UNEN. Las encuestas y los resultados que obtuvieron algunos de esos dirigentes en las legislativas de 2013 les permiten albergar esperanzas para derrotar al peronismo. Pero no ha sido fácil fraguar esa alianza. Y no va a ser fácil mantenerla.
El acto de presentación del Frente Amplio, en un teatro porteño, ya vino precedido por lo que puede ser el gran problema de la coalición: las diferencias ideológicas y la disputa entre egos. Para que nadie acaparase más focos que el resto, los candidatos —Julio Cobos, Ernesto Sanz, Elisa Carrió, Fernando Solanas y Hermes Binner— pactaron que ninguno de ellos hablaría y que sería el actor y dirigente de la Unión Cívica Radical Luis Brandoni quien leería un comunicado.
Justo antes de presentar el Frente Amplio en sociedad, los dirigentes mostraron públicamente su división sobre un tema clave: ¿Incluir o no incluir en esa alianza al alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, perteneciente al centroderecha? Elisa Carrió se mostró claramente a favor y Pino Solanas se opuso de forma frontal. Para el izquierdista Solanas y para el socialista Hermes Binner mencionar a Macri es mentar todo aquello a lo que siempre se opusieron. Pero Julio Cobos, diputado de la Unión Cívica Radical que entre 2007 y 2011 llegó a ser vicepresidente en el Gobierno de Cristina Fernández, opina que si se tiene “verdadera vocación de poder” hay que “dialogar con todos”.
Si a pesar de todas las diferencias ideológicas, los cinco dirigentes consiguen preservar la unidad, en agosto de 2015 deberán concurrir a las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) que han de celebrar todos los partidos en Argentina. En teoría, el que más votos coseche de los cinco obtendrá el apoyo de los otros cuatro. A partir de ahí, las posibilidades quedarán abiertas para derrotar al peronismo, algo que solo ha sucedido en dos ocasiones en los últimos 31 años: durante el Gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989) y el de Fernando de la Rúa (1999-2001).
De la Rúa también llegó a la Casa Rosada bajo otra alianza, la que formó entonces la Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario (Frepaso). Las divisiones internas de aquella coalición y la difícil situación económica que atravesaba el país provocó la dimisión de Fernando de la Rúa dos años antes de que terminara su mandato en medio de una gran revuelta popular bajo el grito de “que se vayan todos”.
El 20 de diciembre de 2001 Fernando de la Rúa abandonó la Casa Rosada en helicóptero y con eso volvió a alimentarse para muchos la creencia de que solo el peronismo puede gobernar Argentina. “Eso es un mito alimentado por los propios peronistas”, explica un analista que prefiere preservar el anonimato. “En Argentina el electorado valora a veces la gobernabilidad que pueden ofrecer los peronistas, pero también se cansan de la forma mafiosa que tienen de gobernar. Además, las condiciones en que nació y gobernó la Alianza de De La Rúa no tienen nada que ver con las que vive el Frente Amplio. Ahora mismo existe un enorme mercado electoral fuera del peronismo. Falta por ver si se logra construir un producto para ese mercado”.
El país vive ya con la vista puesta en octubre de 2015. Hasta la presidenta, Cristina Fernández, se refirió el lunes de forma explícita a ese periodo y dijo en un discurso televisado: “Quiero dejarle al próximo presidente un país mucho mejor que el que nos tocó encontrar a nosotros”. Mientras el peronismo —y dentro de este, el kirchnerismo— dilucida quién o quiénes van a ser sus candidatos presidenciales, los dirigentes del Frente Amplio aprovechan para insistir con un mensaje electoral basado en la lucha contra la corrupción. Queda un año y medio para las presidenciales pero no quieren desaprovechar ni un solo día en el camino hacia la Casa Rosada.
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