Críticas al jefe del Ejército argentino el día del aniversario del golpe de 1976

Ningún colectivo político movilizó este lunes a más militantes en el 38° aniversario del golpe de Estado de 1976 que el kirchnerismo. Es el movimiento que desde accedió al poder, en 2003, impulsó la reanudación de los juicios por los crímenes de la última dictadura militar (1976-1983), por los que han sido condenados 520 responsables desde 1983. Pero entre las decenas de miles de kirchneristas que marcharon hacia la Plaza de Mayo, la misma en la que valientes madres daban vueltas en silencio durante el régimen para pedir por sus hijos desaparecidos, también se colaron esta vez las críticas contra el jefe del Ejército argentino, César Milani, que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner designó en 2013 pese a que pesan sobre él acusaciones de supuestos delitos de terrorismo de Estado en los años de plomo.

Pasado el mediodía, comenzaron a marchar una decena de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, rodeadas de jóvenes, muchos de ellos militantes del colectivo juvenil kirchnerista La Cámpora. Sin embargo, una de ellas, Nora Cortiñas, que caminaba sonriente, alzó su voz contra el general Milani. En declaraciones a la radio Rock & Pop, dijo que “está comprobado” que el jefe del Ejército “era un represor” que “debería estar sentado frente a la justicia” y consideró “inexplicable” que el kirchnerismo, que había impulsado la política contra la violación de los derechos humanos de la dictadura, lo hubiese designado en su cargo. Junto con las Madres marcharon otras organizaciones de derechos humanos, como el Centro de Estudios Legales y Sociales, que en su día también repudió a Milani, y las multitudinarias columnas de militantes kirchneristas. Todos se unieron bajo el lema Democracia o corporaciones, en abierta crítica a la concentración económica que persiste en Argentina.

Con ellos se manifestó la organización social La Poderosa, de los barrios pobres de Buenos Aires, que con afiches por toda la Avenida de Mayo también rechazó a Milani y a otros presuntos cómplices de la dictadura, incluidos periodistas, un sindicalista y un empresario. En cambio, la líder de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, se diferenció de las fundadoras y no participó de la marcha sino que fue a otro acto en el antiguo centro clandestino de detención de la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA), devenida hace diez años en espacio de la memoria.

Por la tarde marcharon hacia la Plaza de Mayo los partidos de la izquierda trotskista, que se opone al kirchnerismo y que en 2013 consiguió tres escaños entre los 257 de la Cámara de Diputados. Entre miles de manifestantes, uno llevaba un muñeco con la imagen del jefe del Ejército que decía "Milani genocida".

Las proclamas contra el jefe del Ejército también se escucharon en las citas menos numerosas que organizaron la Unión Cívica Radical (UCR, centrista) y la alianza porteña Unen, que agrupa al radicalismo y otras fuerzas de centroizquierda. Unos 100 dirigentes y militantes de Unen se congregaron frente a la iglesia porteña de Santa Cruz, donde en 1977 desaparecieron 12 personas. Sin embargo, el párroco y los feligreses de Santa Cruz marcharon, como siempre, con las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Mientras tanto, en la sede central de la UCR, unos 300 cuestionaron lo que ellos consideran el “monopolio” kirchnerista de la política de derechos humanos. Claro que en la calle los kirchneristas demostraron una vez más que son los más que se movilizan en los aniversarios del último golpe de Estado de la historia argentina.