Evo Morales reclama a Chile una salida marítima para Bolivia
El estado boliviano presentará una demanda en La Haya en abril reivindicando el acceso al mar que perdió hace 135 años
Bolivia recuerda 135 años de la pérdida de su litoral, ahora bajo soberanía de Chile, depositando su confianza en que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) llegue a restituirle el derecho que reclama al acceso marítimo. El estado boliviano presentará una demanda contra Chile el próximo 17 de abril en La Haya.
El presidente boliviano, Evo Morales, ha aludido a esta cuestión en un discurso alejado de la beligerancia mostrada con alguna frecuencia hacia el anterior gobierno chileno, de Sebastián Piñera, y ha subrayado que en estos momentos existe “un escenario pacífico de la comunidad internacional para restituir derechos de los pueblos”.
Bolivia perdió 420 kilómetros de costa sobre el océano Pacífico y 120.000 kilómetros cuadrados de litoral tras la invasión de Chile a su territorio, que terminó con la guerra del Pacífico en 1879, y reclama desde principios del siglo XIX una salida al mar.
El 23 de Marzo, declarado Día del Mar, se rinde homenaje al máximo héroe boliviano, Eduardo Abaroa, fallecido en Calama, la primera población boliviana que se resistió al paso de las tropas chilenas que invadieron territorio boliviano el 14 de febrero de 1879 en el puerto de Antofagasta.
“Hoy en nuestra América soplan otros vientos; somos un continente de paz, sin guerras ni confrontaciones que buscamos solución pacífica a la injusticia histórica”, ha afirmado Morales en el acto central celebrado en la plaza de Abaroa, en la residencial zona de Sopocachi de La Paz.
En su alocución se ha referido a los últimos acuerdos de la región latinoamericana y del Caribe que declaran al continente una zona de paz , “y sus autoridades han decidido escribir su historia sin tutelajes. Mientras la OTAN interviene militarmente a países, la UNASUR ha evitado golpes de estado y conflictos de diversa índole”.
Ha atribuido esta situación a que “son tiempos de los pueblos y no de los imperios; tiempos en los que ya no se admiten decisiones de centros imperiales para obtener ventajas de nuestros recursos naturales”. Morales considera que este 23 de marzo de 2014 es especial, pues rinde homenaje a Abaroa ya no sólo con discursos sino con algo concreto como es ratificar la demanda contra Chile.
“Lo recordamos bajo vientos de paz y esperanza entre pueblos que saben reconocer sus temas pendientes y que se respetan, que someten sus diferencias a espacios de justicia internacional”, ha declarado Morales y ha ratificado que Bolivia no renunciará a encontrar fórmulas de diálogo que lleven a esta nación, enclaustrada entre los Andes y los llanos amazónicos, a volver al mar.
“Si un dictador como Augusto Pinochet propuso una salida, esperamos que un gobierno socialista pueda hacer realidad esta demanda. Quedan pendientes otros asuntos como el Lauca, Silala, los daños económicos por el enclaustramiento y que se resuelva el trato degradante que se está aplicando a los exportadores y a los transportistas bolivianos”.
Morales ha proclamado que “Bolivia quiere mar antes de que se agoten sus recursos naturales” ante la desmedida explotación de esos recursos por parte de las empresas transnacionales. También ha dicho que “ningún Estado debiera de estar privado de un acceso al mar” y puesto que esta nación “sabe lo que es no tener acceso al mar” ha asegurado que el mar boliviano será mar abierto para todos los pueblos y no un botín de guerra ni razón para hacer crecer a los ejércitos.
El gobernante boliviano ha expresado el enfático agradecimiento ante “el compromiso del pueblo chileno, su solidaridad, para devolver una salida al mar expresada por autoridades, parlamentarios, académicos, intelectuales, movimientos sociales y a todo el pueblo por su solidad expresada a favor de la integración y, por su grito mar para Bolivia, que aún resuena en mi corazón”.
Bolivia y Chile mantienen relaciones comerciales solamente, algo tensionadas. Las diplomáticas fueron interrumpidas en 1962 a raíz del desvío unilateral del río Lauca. Fueron reanudadas el 8 de febrero de 1975 por los generales Augusto Pinochet y Hugo Banzer, ambos presidentes de facto, pero suspendidas por Bolivia tres años más tarde, en 1978.
Los gobiernos de Morales y de Michelle Bachelet, en su primera gestión, acordaron una agenda de trece puntos, el último sobre la demanda marítima, que sin embargo no prosperó y llevó a Bolivia a plantear una demanda ante la CIJ con el objetivo de que Chile se siente a dialogar.
Bolivia considera que los daños económicos por su encierro son cuantiosos. Chile se ha beneficiado de la explotación del guano, azufre y salitre –ambicionados por empresas británicas que, supuestamente, empujaron a la invasión--. En el territorio perdido por Bolivia se encuentran los más ricos yacimientos de cobre, puntal de la economía chilena. Además del desvío del río Lauca, que nace en Chile y moría en Bolivia, empresas chilenas explotan las aguas de los manantiales del Silala. La venden a poblaciones del norte chileno pero no han pagado nada a Bolivia en más de cien años. Respecto al tráfico de carga de exportación e importación de Bolivia por puertos chilenos, el gobierno ha reclamado el incumplimiento de los tratados que ambos países tienen suscritos desde 1904.
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