Merkel: “Habrá más sanciones si sigue la escalada”
Alemania y Reino Unido abogan por ampliar la magnitud del castigo a Rusia Los primeros ministros de Bulgaria y Suecia echan el freno: “no habrá sanciones comerciales”
Los líderes europeos navegan entre dos aguas. La escalada rusa en Crimea, parcialmente culminada con la anexión de Crimea, obliga a la UE a endurecer sus sanciones pero temen que puedan volverse en su contra. Tal y como ocurrió hace dos semanas en el Consejo extraordinario y monotemático sobre la crisis ucraniana, los más contundentes a su llegada a Bruselas fueron la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, David Cameron. “Vamos a dejar muy claro que estamos plenamente preparados para aplicar sanciones económicas”, ha señalado Merkel. “Lo que ha hecho Rusia es inaceptable”, le ha acompañado Cameron. En el lado contrario, los jefes de Gobierno de Suecia y Bulgaria han optado por la cautela en sus declaraciones. “No apoyaremos sanciones económicas de gran escala”, ha añadido el primer ministro búlgaro Plamen Oresharski.
El viraje en el discurso de Alemania, que ha pasado de mostrar sus reticencias sobre la segunda ronda de sanciones —que señalaba a los responsables directos del caos crimeo— a liderar el grupo de países más proclives a endurecer la postura europea, lo completa el padrinazgo que Merkel ejerce públicamente sobre el primer ministro provisional de Ucrania, Arseni Yatseniuk. “Lo más importante es seguir ayudando al Gobierno ucraniano para que sea el representante de todos los ciudadanos, con independencia de su nacionalidad o lugar de residencia”, ha apuntado la canciller alemana. Sobre la anexión de Crimea, Merkel ha reiterado que “viola” todos los tratados internacionales pero ha preferido no cerrar la puerta al diálogo con Moscú en el seno de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). En paralelo, Cameron ha remarcado la “importancia” de la cita de hoy y ha apelado a la “unidad” entre los Estados miembros en torno a la aprobación de “más congelaciones de activos y de mayores prohibiciones de viajes”.
La defensa de la línea más moderada ha corrido a cargo del primer ministro sueco, Frederik Reinfeldt, que prefiere situar el foco sobre el riesgo de turbulencias económicas internas en el Kremlin. “Rusia se hace daño a sí misma con su actitud: los inversores empiezan a desconfiar de la política de su Gobierno y eso ya se deja notar en el tipo de cambio entre el rublo y el euro”, ha apuntado a su llegada a la reunión que el Partido Popular Europeo ha celebrado pocas horas antes del Consejo. Por su parte, el jefe del Ejecutivo de Bulgaria ha rechazado de plano cualquier medida tendente a extender las sanciones al plano comercial
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