El sindicato petrolero da su apoyo a la reforma energética en México
Peña Nieto garantiza los empleos de los trabajadores de Petróleos Mexicanos y la propiedad de los hidrocarburos al país
A tres meses de la aprobación de la reforma energética, la voz de los petroleros mexicanos se hizo escuchar en la celebración del 76 aniversario de la expropiación petrolera. Fue el senador y líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Romero Deschamps, quien rompió el hermético silencio de la organización y pronunció un discurso en la planta petroquímica de Cosoleacaque (Estado de Veracruz, sur de México) para respaldar los cambios constitucionales en el sector energético y defenderse de las acusaciones en contra de la organización que lidera.
Romero Deschamps -polémico en la prensa mexicana por la exhibición de sus bienes con un valor mayor a sus ingresos-- no se había posicionado públicamente sobre la reforma energética, ni siquiera en el Senado donde posee un escaño. El líder sindical señaló que su gremio dará el respaldo que el Gobierno mexicano necesita para implementar la reforma. Además, respondió a las críticas sobre los cuantiosos beneficios que reciben los trabajadores afiliados a sus organización: “Si bien tenemos prestaciones y seguridad social, estas no son resultado de negociaciones extrañas, sino correspondientes a la lucha histórica del movimiento obrero del mundo”.
Los cambios constitucionales realizados en diciembre en el Congreso mexicano dejaron fuera del Consejo de Administración de Pemex a los cinco miembros del sindicato petrolero. Entonces, Romero Deschamps no hizo comentarios, ni habló en la tribuna del Senado sobre la postura del STPRM. Ahora, el senador ha desvelado que los comentarios de su gremio sobre la reforma energética sufrieron un “menosprecio” en las discusiones de la reforma. Sus declaraciones fueron pronunciadas frente a un nutrido grupo de trabajadores de su organización, la directiva de la petrolera y el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
La presencia de una importante cantidad de trabajadores del sindicato también tuvo su eco en el discurso del mandatario. Peña Nieto reconoció las labores de los petroleros como clave en la operación de la petrolera y también como un punto de referencia en la transformación de Pemex a una empresa productiva del Estado que competirá con petroleras internacionales. “Su trabajo y sus derechos laborales están a salvo y así habrán de mantenerse. Todos ustedes tienen garantizados su antigüedad y sus conquistas laborales”, dijo a los trabajadores en el festejo.
Al lado de dos enormes tanques de amoniaco y rodeado de cientos de trabajadores de Pemex, Peña Nieto ha señalado que a pesar de las grandes inversiones hechas en la petrolera estatal, las pérdidas eran insostenibles por lo que era necesaria la transformación del sector y de la empresa estatal por medio de la reforma. “Frente a los cambios globales, nuestro sector energético había perdido dinamismo y competitividad”, comentó frente a los petroleros que en cada pausa de su discuso gritaban “¡Peña Nieto, petrolero!” al presidente mexicano. Esta es la primera celebración en torno a Pemex desde la promulgación, el pasado 20 de diciembre, de la reforma energética.
La celebración de la expropiación petrolera en México conmemora la noche del 18 de marzo de 1938, cuando el presidente Lázaro Cárdenas anunció en una cadena nacional de radio la nacionalización de las instalaciones petroleras, después de una negociación con una decena de compañías que -según el Gobierno mexicano-- se negaron a cumplir con las condiciones laborales de sus trabajadores. Cárdenas comenzó así la estructuración de la compañía estatal: Petróleos Mexicanos. Desde entonces, Pemex se ha hecho cargo de la exploración, extracción y comercialización de los hidrocarburos del subsuelo mexicano.
La nacionalización del petróleo se ha enraizado durante 76 años en las mentes de los mexicanos a través del sistema de educación. Los libros de texto, por ejemplo, describen la noche en que Cárdenas firmó el decreto e hizo el anuncio, algunos están ilustrados con la imagen en blanco y negro del general hablando en la radio y confirmando que el petróleo pertenecía a México. Un paradigma histórico que Peña Nieto ha contrarrestado con la reforma energética, asegurando que los hidrocarburos seguirán siendo un bien del país a pesar del ingreso de la inversión privada a la industria energética. “Los mexicanos seguiremos siendo los únicos dueños de las reservas y la renta petrolera”, ha repetido en todas sus intervenciones públicas sobre el tema.
Petróleos Mexicanos se encuentra en uno de sus peores momentos financieros. Durante 2013, la petrolera registró pérdidas por 12.900 millones de dólares, las más profundas de los últimos 10 años, y que están ligadas principalmente a su división de Exploración y Producción (PEP), la más importante de la compañía. Al mismo tiempo, la petrolera se enfrenta al reto de explorar y explotar los yacimientos de crudo y gas en aguas profundas con limitados recursos. Este año, Pemex invertirá 28.000 millones de dólares, la suma más cuantiosa de su historia pero insuficiente para desarrollar los campos en aguas profundas del Golfo de México. Aún está pendiente la redacción de las leyes secundarias de la reforma energética que permitirán que los cambios hechos a la Constitución sean una realidad.
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