El FBI busca al ‘cazador de amantes’
Un salvadoreño de 33 años ha sido incluido en la lista de los ciberespías más buscados de EE UU. Creó un programa que espiaba a supuestos infieles
El FBI ha añadido a su lista de los ciberespías más buscados de Estados Unidos a un joven salvadoreño que creó un programa que espiaba a las parejas infieles. Carlos Enrique Perez-Melara, de 33 años, llegó al país con una visa de turista, según las mismas fuentes. Según el sumario, Perez-Melara está acusado de interceptar información privada de más de 1.000 personas. Los agentes federales han ofrecido una recompensa de 50.000 dólares por cualquier información acerca del fugitivo, según su página web.
Su programa, que en un principio, se denominó Email PI, fue renombrado como Lover Spy (espía de amantes, en su traducción al español) en agosto de 2003 y tiene un valor aproximado de 89 millones de dólares. El software malicioso, tecnológicamente revolucionario, contenía un Troyano que enviaba al supuesto infiel un correo electrónico en forma de tarjeta regalo; en cuanto éste lo abría, el programa se instalaba de inmediato y empezaba a vigilar los mensajes del supuesto infiel e, incluso, podía controlar su ordenador, cambiando y suprimiendo archivos y enciendo la webcam.
"Todo. Los correos salientes, los entrantes, las contraseñas, las direcciones web de las páginas que la víctima visitaba; todo era enviado al comprador del software", explican desde el FBI. "Él se anunciaba como cazador de amantes. Su programa actuaba como mediador entre sus clientes y sus víctimas, los supuestos infieles", añaden.
Los agentes federales llevan desde 2005 buscándole. Su último paradero conocido fue su país de origen, El Salvador, por lo que lleva en paradero desconocido desde hace ocho años.
Perez-Melara comenzó sus operaciones en 2003 en su apartamento, cuando estudiaba en la Universidad de Denver (Colorado). Sus operaciones fueron descubiertas dos años después y fue acusado de delitos de robo de información privada; de mandar el programa a las víctimas; de anunciarlo; de intervenir ilegalmente líneas telefónicas, y de obtener acceso no autorizado a ordenadores, entre otros.
"En total se le imputan 35 cargos, cada uno tiene una pena máxima de cinco años y una multa de 250.000 dólares. Se podría enfrentar a un máximo de 175 años de cárcel. Mil personas habrían comprado su programa, con el que intentaron espiar a más de 2.000 personas", sostiene el FBI.
Fue imputado junto a otras cuatro personas que compraron su programa. Estos fueron acusados de interceptar ilegalmente los ordenadores de sus parejas. Según la FOX, la mayoría de estos casos se han resuelto ya con pagos de multas.
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