Un agente brasileño, sospechoso de pasar información a la CIA
El diario 'O Estadão de São Paulo' revela la investigación de los servicios secretos brasileños por supuestas filtraciones a EE UU
El presunto encuentro entre un agente de la Abin (Agencia Brasileña de Inteligencia) y un agente de la CIA (Agencia de Inteligencia de Estados Unidos), en el que el brasileño transmitía informaciones a estadounidense, parece salido de una película de espías.
El caso, desvelado por el diario O Estadão de São Paulo, adquiere un relieve especial por haber ocurrido en 2012, en la misma fecha en que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de América, espiaba a la presidenta Dilma Rousseff y a altos dirigentes de su gobierno.
Mientras la NSA vigilaba el correo personal de la mandataria brasileña, Brasil investigaba y exoneraba a un agente de su servicio de espionaje, sospechoso de pasar informaciones secretas a la CIA.
Protegido con un cargo en la Embajada de los Estados Unidos en Brasilia, el espía de la CIA buscaba datos secretos sobre la actuación nacional en la Triple Frontera (que mantiene Brasil con Argentina y Paraguay).
Integrantes del Abin temen que el espía norteamericano, que mantuvo contactos con el agente brasileño al que O Estadão identifica como agente 008997, pudiese haber obtenido una lista con informadores infiltrados en la importante comunidad árabe de la región.
Como es sabido, la región de Foz de Iguazú está considerada por Estados Unidos como un centro financiero por el que se pasan recursos para los terroristas de Oriente Próximo. La lista de informadores está considerada como un “patrimonio” del servicio secreto. Muchos de ellos son pagados por la Abin y sus identidades mantenidas secretas incluso a los aliados. Las pruebas documentales extraoficiales, que figuran hasta en un vídeo, del comportamiento ilegal del agente brasileño fueron obtenidas en la primera semana de agosto de 2012 cuando el agente 008997, se encontró para cenar con el espía de EE UU en la ciudad de Curitiba en el restaurante Barolo Trattoria.
Protegido con un cargo en la Embajada de los Estados Unidos en Brasilia, el espía de la CIA buscaba datos secretos sobre la actuación nacional en la Triple Frontera
En aquella cena ambos conversaron sobre las fronteras de Brasil, entre otros temas, y la conversación fue grabada por agentes “novatos” de otras regiones que fueron destinados a grabar a los agentes.
En la conversación, el agente brasileño le garantizó al colega norteamericano que no debía preocuparse por aquel encuentro porque, según él, “no era vigilado por la Abin”. La cena fue grabada.
El agente brasileño le dijo al americano que en el siguiente encuentro en Foz le presentaría a otra persona que “podría ayudarle” a obtener mayores informaciones.
Sin embargo, el segundo encuentro no tuvo lugar porque el agente estadounidense no se presentó. Ello, porque a esa hora había sido ya exonerado inesperadamente. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil confirmó al diario brasileño que el diplomático había dejado Brasil el 12 de agosto de 2012.
Al parecer después de eso, las autoridades brasileñas habrían pedido explicaciones a las estadounidenses. El agente de EE UU habría contado que había sido procurado por el colega brasileño.
Para que el caso pudiera quedar secreto, el agente brasileño fue retirado del servicio al mismo tiempo que le pidieron que se jubilara y así lo hizo el 17 de diciembre de 2012. Hoy su paradero es desconocido.
El caso, considerado grave por la Abin, descubierto por los servicios de contraespionaje fue ocultado a la presidenta Rousseff, algo que fue considerado serio.
En las discusiones sobre el oscuro caso de espionaje en la Abin prevaleció la tesis de que, como en Brasil, no existe una legislación que tipifique el crimen de espionaje y los servicios de inteligencia no producen pruebas, sería difícil encuadrar a los dos espías descubiertos a pesar de que la propia contrainteligencia brasileña presentara vídeos de la cena y conversación de los dos espías en acción.
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