La parálisis pone en riesgo la ayuda militar a otros países
El presidente se ve obligado a cancelar parte de su gira asiática. Descarta su visita a Malasia y Filipinas, pero mantiene las escalas en Brunei e Indonesia
Los Departamentos y agencias federales no se han demorado en alertar sobre las consecuencias que podrían derivarse si el cierre de la Administración se prolonga indefinidamente. El Departamento de Estado, uno de los menos afectados por la parálisis al disponer de fondos de reserva, ha advertido este miércoles de que la asistencia militar a los aliados norteamericanos podría demorarse si no se alcanza pronto un acuerdo sobre el presupuesto. Este aviso se suma al que el martes constató el Director Nacional de Inteligencia, James Clapper, quien aseguró que la capacidad para detectar amenazas terroristas se verá seriamente mermada en los próximos meses debido a la suspensión temporal del 70% de su plantilla civil.
"La capacidad del Departamento de Estado para cumplir con asistencia militar a Israel y a otros de nuestros aliados a tiempo puede verse dificultada en función de lo que se prolongue el cierre de la Administración", ha señalado la portavoz del Departamento de Estado. Israel es el único país que ha sido citado de manera expresa puesto que es la nación extranjera a la que más fondos destina EE UU. En los presupuestos presentados para 2014 por la Administración Obama, se han asignado 3.100 millones de dólares para Tel Aviv. La ayuda militar que Washington repartió en 2011 entre poco más de 80 países ascendió a 5.500 millones de dólares, de acuerdo con los datos del Departamento de Estado.
La Casa Blanca también se ha visto afectada por el cierre de la Administración. A primera hora del martes, ha confirmado que el presidente ha cancelado parte de su gira por Asia que comienza este sábado y puesto en duda si realizará el resto. Hasta el momento, Barack Obama mantiene la visita a Indonesia y Brunei pero ha suspendido las etapas de Malasia y Filipinas debido a a la crisis –a la que no se ve salida inmediata- por el cierre parcial de la Administración federal por falta de fondos. Se trata de la tercera vez que el presidente cancela una gira por Asia por cuestiones de política nacional.
Planeada desde hace mucho tiempo, la gira asiática del presidente sufre un duro golpe al descartarse dos de los cuatro países que la componían, que serán visitados por el secretario de Estado, John Kerry, que sustituirá a Obama. “Logísticamente no era posible seguir adelante con estos viajes a causa del cierre del Gobierno”, ha declarado Caitlin Hayden, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional. "A diferencia de las cumbres de APEC y del Este de Asia, estos viajes pueden aplazarse, y el presidente Obama pretende visitar Malasia y Filipinas más adelante y dentro de su actual mandato", ha explicado Hayden.
La participación del presidente en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, siglas en inglés), que reunirá en Bali a los líderes de los 21 países que integran ese bloque, se mantiene por ahora, aunque la Casa Blanca ha informado que nada está cerrado. “Seguimos evaluando la situación de esos viajes dependiendo de cómo se desarrollen los acontecimientos a lo largo de la semana”,
Obama debe ser recibido por su homólogo indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, después de que presida una reunión de los países que integran el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, en inglés). De Indonesia partirá a Brunei, donde tiene programado un encuentro bilateral con el sultán y participar en las cumbres de EEUU y la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) y la del Este Asiático (EAS).
Se trata de la tercera vez que el presidente cancela una gira por Asia por cuestiones de política nacional
La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional ha concluido instando a que “por el bien de la seguridad nacional y de la prosperidad económica”, el Congreso decida acabar con el cierre de la Administración.
En el segundo día de la parálisis del Gobierno, los alrededor de 800.000 trabajadores afectados han afrontado su nueva situación con una creciente incertidumbre sobre la duración del primer cierre de la Administración en 17 años y las dudas sobre si percibirán el total de su salario. Durante el cierre de 1995 y 1996, el Congreso autorizó que a los empleados públicos se les reintegraran sus pagas, pero ahora no está tan claro lo que pueda suceder.
Si ayer los edificios federales registraron a primera hora de la mañana la misma afluencia de personal que otros días, debido a que los funcionarios públicos suspendidos temporalmente estaban obligados a cerrar sus cuentas de correo profesionales y recoger sus oficinas, este miércoles los pasillos han amanecido bastante más vacíos. El servicio de Metro de Washington ha anunciado que va a reducir el número de vagones de los trenes, de ocho a seis debido a la reducción de pasajeros. A las 10 de la mañana del martes, cinco horas después de la apertura de sus puertas, se habían registrado un total 212.000 pasajeros -el miércoles pasado se contabilizaron 270.000. "Hemos perdido un total de 58.000 viajeros", ha explicado el portavoz del servicio de transportes, el equivalente a 60 convoyes vacíos.
Se prevé que el área de Washington, donde se concentran la mayoría de las agencias federales, pierda 220 millones de dólares diarios durante el cierre de la Administración
Se prevé que el área de Washington, donde se concentran la mayoría de las agencias federales, pierda 220 millones de dólares diarios durante el cierre de la Administración, según el director del centro de Análisis Regional de la universidad George Mason, Steven Fuller. El miedo a que los trabajadores públicos dejen de consumir al mismo ritmo que antes de la entrada en vigor de la parálisis, ante la incertidumbre de que no se vaya a mantener su capacidad adquisitiva, ha puesto en alerta a la industria hostelera y de ocio de la capital.
Este martes, muchos comercios han aparecido con ofertas y rebajas para los miembros del Gobierno. Varios pubs ofrecen cervezas a dos euros para los funcionarios, restaurantes de la zona regalan menús o bocadillos durante las tardes a quienes muestren su credencial de empleado público, muchos gimnasios del centro de la ciudad han amanecido con descuentos, algún teatro da entradas gratis y varios de los museos de la capital, que permanecen abiertos por no depender de los fondos del Estado, han reducido sus tarifas.
Los carteles de: “Cerrado por el cierre de la Administración”, sin embargo, no han desaparecido de los museos ni de los monumentos que circundan el Mall. Una imagen que se repite en otras atracciones turísticas de EE UU como la estatua de la Libertad, en Nueva York, o los parques nacionales de Yosemite o el Cañón del Colorado. Los visitantes de estos enclaves naturales que estaban acampados durante la entrada en vigor de la parálisis tienen de plazo hasta mañana para abandonarlos. Los turistas que se ha quedado sin subir a la corona de Miss Liberty reciben en compensación un viaje de una hora en barco para recorrer el puerto.
Quienes no se conforman con quedarse detrás de las vallas que se han instalado para cerrar el paso a los monumentos de Washington, son los veteranos. Este miércoles, por segundo día consecutivo, varios de los excombatientes de las guerras estadounidenses y sus familiares han desafiado a la policía que guarda el memorial a la II Guerra Mundial y amenazan con cruzar los parapetos, como ya lograron hacer el martes.
Advertencias similares a las que se ven en los monumentos públicos se observan en muchas de las páginas web de las oficinas de la Administración. Algunas, como la de la NASA o la del Servicio de Parques Nacionales, están completamente inactivas. Otras, como la de la Casa Blanca, el Pentágono o los Departamento de Trabajo o Seguridad Nacional, presentan advertencias alertando de que, debido al cierre, no podrán actualizar su contenido. Varias, por el contrario, funcionan perfectamente, como la del Departamento de Estado, el Tribunal Supremo o las del Senado y la Cámara de Representantes. Se trata de agencias y departamentos federales que, de momento, no se han visto afectados por la parálisis al disponer de fondos de reserva.
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