Las FARC se mantienen en la mesa de paz, pero rechazan la consulta de Santos
El jefe negociador de la guerrilla anuncia que se mantiene en la mesa de paz de La Habana
Los negociadores de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en las conversaciones de paz con el Gobierno de Colombia que se desarrollan en La Habana dieron este lunes un no rotundo a la propuesta del presidente, Juan Manuel Santos, de convocar un referéndum al final del proceso para que los colombianos ratifiquen o no un eventual acuerdo de paz.
El jefe negociador de las FARC, Luciano Marín, alias Iván Márquez, leyó un comunicado en que aseguran que no acompañan ni comparten esa propuesta, que calificaron de unilateral, contraria a las reglas establecidas en la mesa de negociación y que de ninguna manera es vinculante para la misma.
El Gobierno descubrió su intención de hacer un referéndum de ratificación al presentar hace cinco días un proyecto de ley ante el Congreso para poder hacer la consulta el mismo día de las elecciones, algo prohibido por ahora. Colombia celebrará elecciones legislativas el 9 de marzo de 2014 y presidenciales el 25 de mayo.
Colombia celebrará elecciones legislativas el 9 de marzo de 2014 y presidenciales el 25 de mayo
Tras el anuncio, las FARC anunciaron el viernes una “pausa” para analizar los alcances de la propuesta y se levantaron de la mesa. Desde Bogotá, Santos dijo que los guerrilleros no le iban a poner condiciones y ordenó al equipo negociador de La Habana volver a Colombia en lo que parecía una crisis en las negociaciones.
Pero la “pausa” terminó siendo muy corta. El sábado por la mañana los negociadores de las FARC dijeron que dos días eran suficientes para hacer su análisis y por ello este lunes estarían listos para continuar con las conversaciones. En la etapa actual, se discuten eventuales mecanismos de participación política de quienes se desmovilicen como consecuencia del acuerdo de paz. El equipo del Gobierno volvió a Cuba y estuvo listo para reanudar las conversaciones, tal como estaba previsto, a las 8.30 de la mañana de este lunes.
Poco antes de sentarse de nuevo en la mesa, Iván Márquez explicó que para ellos no es técnicamente aconsejable someter lo acordado a un referéndum porque lo que se votaría sería un “temario o articulado”. “Si el temario o articulado” es extenso, no se leerá. Si se lee, no se entenderá y se dejará de lado. Y si se reduce su redacción, no podrá establecer el contenido de esa sucinta redacción, los alcances que se requieren para lograr las transformaciones necesarias que fundamenten la paz”. A pesar de esta diferencia, las FARC dejaron claro que se “mantendrán en la mesa fieles al compromiso de buscar la paz”.
La guerrilla prefiere que un eventual acuerdo sea ratificado en una asamblea constituyente
Para los guerrilleros, así como un acuerdo de paz es una cuestión de dos partes, igual debe ser el mecanismo de ratificación. Ellos prefieren que un eventual acuerdo sea ratificado en una asamblea constituyente que incluya directamente en una nueva constitución lo acordado. Paradójicamente, este mecanismo es apoyado por el expresidente Álvaro Uribe, quien no apoya las conversaciones de paz. Para algunos analistas, Uribe intentaría aprovechar esa coyuntura para hacer un cambio en la Constitución que le permita ser reelegido por tercera vez. Ese intento ya fue truncado por la Corte Constitucional durante su segundo mandato.
Independiente de los comentarios de los negociadores de las FARC en La Habana, el domingo el máximo jefe de ese grupo subversivo, Timoleón Jiménez, alias Timochenko, publicó las que llamó sus “reflexiones elementales” sobre el proyecto de referendo.
El planteamiento de Timochenko es, en su esencia, muy parecido a las reflexiones leídas en La Habana, pero añade un elemento hasta ahora desconocido pues cuenta los detalles de una reunión informal entre los negociadores de las FARC y el Gobierno. En ese encuentro se habría consultado acerca de la idea del referendo, pero con un detalle adicional: la idea no es que los colombianos voten sí o no a los acuerdos logrados en la mesa de negociación de La Habana sino que aprobarían unas facultades extraordinarias para el presidente Santos que le permitirían convocar un pequeño congreso para expedir las leyes que le den vida a los acuerdos.
Las FARC habrían pedido un tiempo para analizar la propuesta, pero el presidente Santos la radicó antes de que eso ocurriera.
Ningún representante del Gobierno colombiano ha querido referirse a las afirmaciones de Timochenko. Pero la negativa expresada en La Habana deja claro que la posición de las FARC es uniforme.
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