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Portugal pagará la extra de junio en noviembre por “falta de medios”

El Ejecutivo luso afirma que no tiene como cumplir con la decisión del Constitucional

Antonio Jiménez Barca
Miembros del Parlamento Europeo sostienen carteles pidiendo la salida de la troika de Portugal.
Miembros del Parlamento Europeo sostienen carteles pidiendo la salida de la troika de Portugal. V. KESSLER (REUTERS)

El Gobierno portugués ha solicitado a los distintos ministerios que no abonen la correspondiente paga extra de verano a todos los funcionarios portugueses que ganan más de 1.000 euros, tal y como correspondería, en el mes de junio, y que lo hagan en noviembre. La razón, según el comunicado remitido por el Ejecutivo, es la siguiente: “El presupuesto del Estado previsto para 2013 no cuenta con los medios necesarios para garantizar el mencionado pago”. Todo el mundo entendió que el Estado no cuenta con dinero para llevar a cabo el pago. Pero el primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho, en vista de la polémica levantada, especificó que no es por falta de fondos por lo que no se abona esta paga extra, sino por enredos legales: “Simplemente, no hay una ley que nos facilite a hacerlo”. Los sindicatos y la oposición han calificado la medida (y la explicación de Passos Coelho), simplemente, de embuste.

Cobrar una paga extra por parte de un funcionario público portugués se ha convertido en una misión imposible. En septiembre de 2011, Passos Coelho anunciaba que, tanto para pensionistas como para funcionarios, las pagas extras de Navidad y Verano, a partir de 2012, quedaban retiradas hasta nueva orden por mor de las exigencias presupuestarias impuestas por la troika. El Tribunal Constitucional, en abril de 2012, dictaminó que eso era ilegal pero que, en virtud de esa misma debilidad presupuestaria, no iba a obligar al Gobierno a abonar las pagas extras de 2012 pero sí las de los años siguientes. El Gobierno, en el presupuesto de 2013, volvió a la carga: diluyó una de las pagas extras en pagos mensuales y retiró la otra, en la esperanza de que el Tribunal Constitucional lo permitiera. Los jueces, en abril de este año, vetaron la nueva norma, dejando al ya de por sí atribulado Ministerio de Finanzas con un serio problema contable. El fallo del Tribunal Constitucional, con todo, empujó al Gobierno a adoptar nuevas medidas de ajuste que afectan, sobre todo, a funcionarios, y que se traducen con más horas de trabajo, menos vacaciones y menos salario. Con todo, el nuevo presupuesto que contiene la reposición de las pagas extras aún no ha sido aprobado. Ese es el impedimento legal al que hace referencia Passos Coelho para defender el abono de la paga extra en noviembre.

Además de esto, el Gobierno, fiel a su política, se muestra con las manos atadas en materia financiera: por medio del comunicado citado recuerda que se encuentra “obligado” a cumplir el programa acordado con la troika, que le impone “límites presupuestarios trimestrales”. El diputado socialista José Junqueiro, además de calificar la decisión de “desprecio a los funcionarios”, advierte de que la medida es un intento “de quitar para siempre las pagas extras a funcionarios y pensionistas”.

Los sindicatos han calificado este retraso en el pago de ilegal. Ana Avoila, coordinadora general del Frente Común de los Sindicatos portugueses de Función Pública, añadió: “Es la acostumbrada manera tramposa de actuar de este Gobierno”.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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