Los empresarios brasileños, alarmados por la falta de mano de obra cualificada
Las compañías se ven obligadas a fichar personal poco preparado con la consiguiente merma de la producción
El 92% de los empresarios que trabajan en Brasil, están alarmados y preocupados con la falta de mano de obra cualificada. Y eso en un país, donde el desempleo es casi simbólico, porque lo que no falta es trabajo. Faltan sin embargo personas con preparación técnica en los diferentes sectores y sobran peones en el sentido amplio de la palabra.
Con las cosas así, los empresarios se están viendo obligados a fichar a personas poco preparadas con las consecuencias evidentes en la producción en general, como ha destacado, Paulo Resende de la Fundación Dom Cabral.
Entre los campos más castigados por la falta de mano especializada se encuentra el llamado “fondo de fábrica”, es decir el personal que debería cuidar de vigilar en las fábricas el resultado de la producción y que necesitarían un mínimo de preparación técnica, ya que se trata de trabajos para los que no es necesario ser ingeniero, pero tampoco sirve gente sin preparación alguna.
Vienen después los trabajos de planificación y los servicios, junto con recursos humanos y la logística. Y en general todo el comercio, enfermería, hostelería etc.
El Gobierno, espoleado por el alarma de los empresarios ha empezado a multiplicar en todo el país los centros de preparación técnica en los diferentes sectores. Pero los empresarios creen insuficientes estas medidas y han comenzado ellos a especializar a sus trabajadores con cursos intensivos.
Uno de los problemas que ven los empresarios es que como en Brasil es muy fácil encontrar trabajo, tampoco la gente se esfuerza demasiado en especializarse. Saben que si dejan un trabajo encuentra pronto otro. Y prefieren conformarse ganando menos que hacer esfuerzos para reciclarse. “No entienden, que con un esfuerzo no demasiado grande, con un simple curso técnico podrían ganar mucho más”, afirma, Marcelo Reis, gerante de Papelería Terra Papel.
Todo ello porque la preparación no sólo técnica sino incluso de formación escolar de millones de trabajadores es muy baja. Muchos apenas si han cursado la primaria, que en Brasil presenta unas deficiencias crónicas. La escuela secundaria no es obligatoria y sólo acceden a ella el 40% de los que acaban la primaria. Muchos abandonan los estudios antes de acabar aunque esta educación es más teórica que práctica y no ofrece salidas para trabajos profesionales que está necesitando urgentemente un Brasil en pleno crecimiento.
El problema se va a agravar con motivo de las nuevas exploraciones de los pozos de crudo en Brasil y de las obras gigantescas de las Olimpiadas del 2016 en Río de Janeiro, donde las grandes constructoras, por ejemplo, se quejan ya de la falta de mano de obra cualificada. Lo que les sobran son ejércitos de peones, a los que no se les exige ninguna formación especializada.
Río está teniendo por ejemplo un gran problema con la falta de chóferes de autobuses públicos que exigen una gran preparación en varios campos. Por ejemplo, necesitan poseer grandes reflejos para hacer frente a un asalto al autobús, cosa frecuente en la ciudad.
Semanas atrás, uno de esos conductores, al ser agredido por un joven asaltante, perdió los nervios y acabó cayendo de una superelevada provocando muertos y heridos. En su historial de conductor de autobús acumulaba 45 multas. “El problema es encontrar chóferes preparados globalmente para un trabajo tan duro y de tanta responsabilidad”, comentó el alcalde Eduardo Peres lamentando el accidente.
Las profesiones con peor cualificación son los del nivel técnico, con un 65%. Le siguen los de nivel operacional con un 40% y los de nivel estratégico con un 37%.
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