“No es cierto que estas políticas de recortes sean inevitables”
El activista portugués critica las políticas de recortes del Gobierno de su país
“Me llamo Bruno Cabral. Me apunté al colectivo Que se lixe a troika (Que se joda la troika) hace meses, cuando se organizó una inmensa manifestación de gente relacionada con la cultura. Fuimos capaces de reunir, en la Praça de Espanha, más de veinte grupos musicales y la protesta se abrió con una orquesta sinfónica. Fue algo nunca visto en Portugal. Como tampoco se había visto tanta gente, desde abril de 1974, como la que convocó Que se lixe a troika el 15 de septiembre y el dos de marzo.
Yo allí me encontré personas a las que conocía y que jamás imaginé que iban a salir a la calle a protestar. Pero es que ya no vale eso de que movilizarse no es la solución. Yo no lo creo. Yo no concibo la política como una cosa que consista en ir a votar cada ciertos años y luego dejar en manos de unos políticos nuestras vidas. El grupo Que se lixe a troika no pertenece a ningún partido político, a nadie se le pregunta de qué partido viene. Es un colectivo transversal, que engloba a muchas clases sociales, a muchos pareceres distintos y a muchas generaciones unidas en un objetivo común: que se vaya este Gobierno del conservador Pedro Passos Coelho, que es una marioneta de la troika, y la troika también, que se vaya, que deje estas políticas de austeridad que no hacen sino empobrecer cada vez más a la población, que no sirven más que a ellos mismos.
No es cierto eso de que estas políticas de recortes sean inevitables. Esa ha sido la trampa de la derecha, su coartada para ganar elecciones. Y la gente ya empieza a darse cuenta de ese engaño, de que esto no es la solución, de que no soluciona nada. El problema también es que el Partido Socialista portugués, como otros partidos socialistas europeos que se pasaron a la tercera vía, decepcionaron, desilusionaron a la gente. Que se lixe a troika viene, en cierta forma, a sustituir a los sindicatos, a la manera de protestar de los sindicatos. Une a los que antes se congregaban bajo la bandera sindical. Y no por culpa de los sindicatos, sino porque la realidad social, con tanto precario, con tanto parado, con tanto trabajador sin contrato fijo, ha sobrepasado a los sindicatos. Yo, por ejemplo, tengo 32 años y trabajo como realizador de televisión freelance. Lo que me gusta es hacer documentales, he hecho varios que ya se han exhibido en salas y en festivales. El último se llama Praxis y va sobre las novatadas en la universidad. Trato de no juzgar. En mis obras muestro, enseño lo que hay. A partir de ahí, que empiece el debate”
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