Los 37 ministros de Hollande hacen público su patrimonio
La operación de transparencia ha suscitado las críticas de la oposición Los miembros del Gobierno no mostrarán la declaración de la renta para proteger a sus cónyuges
¿Puro striptease político, mero golpe de efecto, o primeras pruebas de la prometida República ejemplar? La duda asalta todavía a muchos franceses, pero la primera medida ordenada por François Hollande para responder al escándalo de su exministro de Hacienda y Presupuestos Jérôme Cahuzac —que esconde desde hace 20 años su dinero en cuentas secretas de Suiza y Singapur— dio el lunes un aire febril, y más humano, a la principesca clase política francesa.
Según lo prometido la semana pasada por el presidente, el primer ministro y los 37 ministros y viceministros del Gabinete socialista publicaron en la web www. gouvernement.fr una declaración firmada en la que detallan su patrimonio económico, mobiliario e inmobiliario.
La lista revela que el Gobierno socialista tiene en su equipo algunos millonarios, ocho en concreto, y una larga mayoría de ministros endeudados que están lejos de poder ser considerados como gente de dinero. El más pudiente, como se esperaba, es el ministro de Exteriores, Laurent Fabius, hijo de un acaudalado marchante de arte, que declara más de 6 millones de euros.
El ministro de Economía y Finanzas, Pierre Moscovici, que ya había avanzado que vive en un apartamento alquilado, está entre los más humildes. Tiene un piso en Montbeliard, cerca de Dijon, tasado en 200.000 euros, y no ha pedido créditos bancarios, a diferencia de casi todos sus colegas. Un poco más boyante anda el barcelonés Manuel Valls (Interior), que declara una propiedad inmobiliaria en Évry, cerca de París, y un pequeño piso en la capital, pero que afronta el pago de dos créditos.
Los patrimonios de los ministros
Jean-Marc Ayrault (primer ministro)
- Una casa en Nantes (650.000 euros)
- Otra en Sarzeau (540.000 euros)
- Seguro de Vida y plan de Pensiones por 100.000 euros
- Cuentas corrientes conjuntas y libretas: Unos 78.000 euros
- Apartamento en París: 2,75 millones
- Casa en Ariège 680.000
- Casa en Alta Normandía: 465.000 euros, comprada con un préstamo de 515.000 euros
- Una Sicav de 1.218.874 euros
- Títulos en PME energía solar. 66.000 euros
- Seguro de Vida: 516.349
- Cuentas corrientes: 5.432 en la BNO y -30.000 euros en el HSBC
- Otros valores mobiliarios. 630.000 euros
- Plan Pensiones: 222.351 euros
- Piso en Montbeliarde: 200.000 euros
- Bolsa: 17.368 (Societé Generale)
- Seguro de vida: 7.574 euros
- Cuentas corrientes: 13.400 euros
- Otros bienes mobiliarios: 30.000 euros
- Una casa en Evry de 88m2: 254.500 euros
- Un piso en París de 44m2: 315.000 euros
- Cuentas: 108 euros, 16,9, 985,3 y 478,8
- Créditos: 70.000 euros (personal) y 236.000 euros (hipotecario)
- Casa en Argenton-sur-Creuse de 700 metros. 350.000 euros
- Tierras agrícolas: 590.000 euros
- Apartamento en París (distrito 7) de 55 metros: 600.000 euros
- Casa en Notre-Dame-de-Belle-Combe de 11 metros: 280.000 euros
- Casa en Ille D'Yeu: 250.000 euros
- Cuentas corrientes: 4.000 euros
- Otros bienes mobiliarios: 146.000 euros
- Barco de pesca. 4.000 euros
- Préstamos: 138.000 euros (2009).
- Una casa en Cayenne: 70.000 euros
- Terrenos en Cayenne y Rouza: 110.500 euros
- Seguro de vida : 84.925 euros
- Cuentas corrientes: 65.000 euros
- Un coche Hyundai: 13.000 euros
- Tres bicicletas: 900 euros
El primer ministro, Jean Marc Ayrault, profesor de profesión y alcalde de Nantes desde hace muchos años, puede considerarse afortunado. Tiene una casa en la capital atlántica y otra en la costa bretona de Sarzeau.
Michel Sapin (Trabajo) es terrateniente y le gusta invertir en ladrillo. Tiene casa y tierras agrícolas en Argenton-sur-Creuse, un apartamento en París en el lujoso distrito 7º y otras residencias.
Entre los menos conocidos, la ministra de Justicia, Christine Taubira, nacida en Cayena (Guyana Francesa), posee allí una casa y terrenos tasados en 110.500 euros. Taubira declara también un coche Hyundai y tres bicicletas -900 euros-.
Una decena de ministros había ido preparando el terreno en los últimos días adelantando sus patrimonios en la prensa. No por casualidad, Arnaud Montebourg (Recuperación Productiva), Marie-Arlette Carlotti (Exclusión Social), Cécile Duflot (Vivienda) y Pascal Canfin (Desarrollo) han revelado poseer unos bienes bastante exiguos, aunque superiores a los de su compañera más joven —y la más pobre de los 37—, que es la franco-marroquí Najat Vallaud-Belkacem, la ministra portavoz. A sus 35 años, declara tener 25.000 euros de ahorros y una motocicleta que compró por 1.500 euros en 2008 y que ahora vale 500.
Muy por encima se sitúa la ministra de Salud, Marisol Touraine, que ha admitido que paga el temido Impuesto a las Grandes Fortunas, una tasa que solo se aplica a los contribuyentes que poseen un patrimonio neto superior a 1,3 millones de euros. Junto a ella, la ministra delegada para la Tercera Edad, Michèle Delaunay, está entre los dos o tres más pudientes del Gabinete. Su fortuna se eleva a 5,4 millones de euros, procedentes en su mayoría de una herencia, según explicó. “Sé que es un patrimonio importante, y que será difícilmente comprensible para la mayoría de franceses, que pasa dificultades”, dijo. “La oposición no dejará de deleitarse con mi imagen de socialista rica”.
El presidente de la República no ha predicado con el ejemplo porque ya hizo público su patrimonio durante la campaña electoral –superior al millón de euros. Al llegar al Elíseo, Hollande impuso una rebaja del 30% a su sueldo y al de sus ministros. Ahora, la declaración colectiva intenta corregir la imagen de “socialismo caviar” que la derecha intenta vender tras el caso Cahuzac.
El trámite no ha incluido finalmente las declaraciones de la renta para respetar la privacidad de terceros (cónyuges y demás parentela), pero así y todo ha suscitado agrias críticas de la oposición, que acusa a Hollande de fomentar el voyeurismo y las sospechas de los ciudadanos contra la clase política.
Según el líder de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean-François Copé, lo importante no es saber cuánto dinero tiene cada cuál, “sino si los políticos se han enriquecido o no gracias a la política. El resto es voyeurismo”. Copé ha rechazado publicar la lista de sus bienes hasta que la ley anunciada por Hollande le obligue a hacerlo.
Otros dirigentes de la derecha han salido al ruedo mediático para atacar la operación. Henri Guaino, el diputado que escribía los discursos de Sarkozy, y uno de los más intolerantes adversarios del matrimonio gay, señaló: “Estamos montando una sociedad de la sospecha, de la presunción de culpabilidad, de los celos y la envidia, de lo más detestable”.
Las encuestas revelan que el 63% de los franceses considera positivo que los cargos electos hagan públicos sus patrimonios. La apuesta de Hollande ha molestado también a algunos dirigentes socialistas como Claude Bartolone, presidente de la Asamblea Nacional, que ha advertido que la exigencia de transparencia total a todos los cargos públicos puede acabar alimentando el populismo.
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