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Wikileaks revela el lado más turbio de la presidencia de Echeverría en México

La nueva entrega de papeles secretos sostiene que el político del PRI buscaba la reelección y pensó en asesinar a su sucesor

Sonia Corona
El expresidente Luis Echeverría, durante un desfile en la capital mexicana.
El expresidente Luis Echeverría, durante un desfile en la capital mexicana.EFE

Estados Unidos consideraba como “cínica” la postura de Gobierno mexicano respecto al golpe de Estado en Chile en 1973, según la última entrega de cables diplomáticos de Wikileaks. El Departamento de Estado estaba preocupado por la simpatía que el entonces presidente mexicano Luis Echeverría tenía con el gobierno de Salvador Allende y sobre las concesiones que tuvo con los chilenos al recibir a cientos de refugiados -incluyendo a la viuda de Allende, Hortensia Bussi- en la embajada de México en Santiago.

Para indagar sobre las intenciones de Echeverría, el embajador estadounidense en México, Joseph John Jova, se reunió con el ministro de Exteriores mexicano, Emilio Rabasa. El funcionario mexicano confesó, según los cables, que “Allende era un mal administrador y entendía muy poco de los problemas económicos, sin embargo era un gran patriota que quería acabar con la oligarquía que controlaba Chile”. Rebasa admitió que entre Echeverría y Allende existió una amistad y que esa habría sido la razón por la que México llegaría a recibir unos 700 refugiados hasta 1974 y cortaría relaciones con el país liderado por la junta militar de Pinochet.

Esta y otras preocupaciones de Estados Unidos han sido desveladas por Wikileaks en los más de 1,7 millones de documentos diplomáticos clasificados en los años 70, cuando Henry Kissinger era el Secretario de Estado estadounidense. La segunda entrega de cables diplomáticos muestra unos 61.000 mensajes desde 1973 a 1976 que involucran a México, unos 2.600 reportes sobre las actividades del expresidente mexicano Luis Echeverría, y cerca de 1.200 informes relacionados con el también expresidente mexicano José López Portillo. Los temas más recurrentes entre las comunicaciones del Departamento de Estado con la embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México eran la reacción en México por el golpe de Estado en Chile, la sucesión presidencial, las guerrillas, los medios de comunicación y varios análisis de los políticos más prominentes del país.

Algunas informaciones del embajador Jova sostienen primero que el expresidente Echeverría buscaba modificar la Constitución para lograr su reelección, sin embargo el diplomático asegura que su partido no respaldaba la idea. Más tarde, Jova habló al Departamento de Estado de un supuesto plan de Echeverría para asesinar a su sucesor José López Portillo, una vez que ya había sido electo, para extender su periodo presidencial. Aunque el embajador describe la situación como un rumor, establece posibles escenarios en la política mexicana.

Aunque en menor medida, el también expresidente mexicano José López Portillo es mencionado en los cables de Wikileaks. La embajada de Estados Unidos en México evaluó como una sorpresa su elección como candidato del PRI a la presidencia en 1975. La legación estimaba en varios documentos que Luis Echeverría elegiría como sucesor al entonces secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia, pero concluye que la decisión final fue tomada para mantener al PRI unido y sobre todo por la preocupación de Echeverría sobre su futuro político.

Varios documentos detallan a López Portillo y sus políticas económicas y energéticas. Jova lo describe en un cable como una persona “jovial que no pierde su sentido del humor” y que agradeció el respaldo del secretario de Estado Henry Kissinger a su candidatura. El embajador también informó a Estados Unidos sobre un intento de asesinato de su hermana Margarita en agosto de 1976 por parte de la liga 23 de septiembre. Así como los movimientos de la guerrilla de Lucio Cabañas y el trabajo militar del Gobierno mexicano para disminuir los levantamientos guerrilleros.

Otro de los aspectos que Estados Unidos observaba de cerca era la relación del expresidente Echeverría con la prensa mexicana. Particularmente su interés por tener participaciones mayoritarias en los diarios El Universal y El Sol de México. Según un cable de 1976, Echeverría buscaba aprovechar su cercanía con la familia Vázquez Raña para aumentar su participación en la prensa mexicana como un camino para sobrevivir políticamente una vez que dejara la presidencia en noviembre de 1976. “El Sol y El Universal serán para él una herramienta para darle voz pública a sus intereses después de que deje la presidencia, de la misma forma que Miguel Alemán lo ha hecho con Televisa en los últimos años”, describe el embajador Jova.

Además, la legación estadounidense también se mostró interesada en el golpe a la dirección del diario Excélsior en 1976. El embajador Jova describió la sustitución del periodista Julio Scherer y de unos 200 periodistas del diario más crítico del Gobierno priista de Echeverría. El diplomático informó al Departamento de Estado que el entonces presidente influyó directamente en el relevo del diario para “remover un poderoso oponente de sus ambiciones”. En varios documentos se menciona que Echeverría buscaba hacerse de un poder en los medios antes del fin de su mandato.

Algunos documentos publicados por Wikileaks permanecen clasificados por el Gobierno de Estados Unidos –como un informe sobre los movimientos de la Unión Soviética en México- , pero la organización ha desvelado algunos datos que pueden ser utilizados bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés) para obtener más datos. La mayoría de los documentos han sido desclasificados después del 2005 y han sido publicados por el Departamento de Estado de Estados Unidos.

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Sobre la firma

Sonia Corona
Es la jefa de la redacción de EL PAÍS en México. Cubre temas de Política, Economía, Tecnología y Medio Ambiente. Fue enviada especial para las elecciones presidenciales de 2020 en EE UU. Trabajó en Reforma y El Huffington Post. Es licenciada en Comunicación por la Universidad de las Américas Puebla y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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