Raúl Castro recibe a una delegación del Congreso de Estados Unidos
El principal obstáculo para reanudar la política de disenso iniciada por Obama es la detención del ciudadano estadounidense, Alan Gross
El presidente de Cuba, Raúl Castro, se reunió el martes por la tarde con una delegación de cinco senadores y dos congresistas de Estados Unidos para tratar de distender la relación bilateral entre ambos países, congelada desde que el régimen de la isla detuviera en diciembre de 2009 al ciudadano estadounidense Alan Gross. El encuentro se produjo un día antes de que, por primera vez desde que EE UU decretara el embargo a la isla hace más de 50 años, los cubanos en el exilio reclamaran el fin de la política de aislamiento norteamericana para impulsar las reformas que se han iniciado de forma cautelosa en el país caribeño.
“Nos hemos encontrado con el presidente Castro y hemos discutido sobre los obstáculos que nos separan y la necesidad de reforzar las relaciones entre ambos países”, explicó a la prensa el senador demócrata, Patrick Leahy, que lidera la delegación. El principal escollo al que se refería Leahy es Gross, con quien también se entrevistaron los políticos estadounidenses. La Administración Obama ha dejado claro que hasta que Cuba no libere a Gross, no hará nada por relajar la tensa relación bilateral entre ambos países. Gross, de 63 años, trabajaba para una empresa subcontratada por el Departamento de Estado en la mejora de las comunicaciones y el acceso a Internet de la comunidad judía cubana, cuando fue detenido en La Habana en 2009. En marzo de 2011, fue condenado a 15 años de prisión por atentar contra “la independencia y la integridad del Estado”.
La Administración Obama ha dejado claro que hasta que Cuba no libere a Gross, no hará nada por relajar la tensa relación bilateral entre ambos países
La detención de Gross ha motivado la congelación de la política de acercamiento cauteloso hacia la isla emprendida por el presidente de EE UU en los primeros meses de su primer mandato. En septiembre de 2012, el régimen cubano indicó estar en disposición de negociar la entrega de Gross a cambio de la puesta en libertad por parte de Washington de cinco miembros del servicio de espionaje de la isla, sentenciados en EE UU a condenas de entre 15 años y cadena perpetua. La Administración Obama ya ha advertido de que el intercambio de prisioneros es inviable.
Hace un año, Leahy ya se entrevistó con Gross y con Castro para tratar del asunto de la liberación del primero, y, en 2010, el actual secretario de Estado, John Kerry, también trató con el ministro de Asuntos Exteriores, Bruno Rodríguez, sobre la situación del ciudadano estadounidense.
Además de tratar sobre la detención de Gross -que en noviembre de 2012 interpuso una demanda al Gobierno de EE UU acusándolo de no haber adoptado las medidas necesarias para garantizar su seguridad en Cuba-, los políticos estadounidenses perseguían con su visita a la isla despejar una vía para desbloquear las relaciones entre ambos países y observar de primera mano los cambios económicos que se están desarrollando en la isla, entre ellos la tímida apertura a la iniciativa privada o el levantamiento de la prohibición de los cubanos para viajar al extranjero. Una prohibición que, salvo permiso del Departamento del Tesoro, sigue vigente para los ciudadanos estadounidenses que quieran visitar la isla. “Ojalá llegue el día que los estadounidenses puedan viajar a Cuba con total libertad”, reconoció el miembro de la cámara de representantes por Massachusetts, Jim McGovern.
Hay un sentimiento cada vez más generalizado entre muchos ciudadanos de nuestro país para que cambiemos nuestra actitud de Guerra Fría” Patrick Leahy
El bloqueo impuesto por EE UU a Cuba impide a sus nacionales desplazarse a la isla con fines turísticos, pero en los últimos cuatro años la Administración Obama ha establecido nuevas normas que relajan los requisitos para obtener permisos para realizar intercambios culturales, educativos o religiosos con el país caribeño. En 2012, alrededor de medio millón de ciudadanos estadounidenses o cubano americanos viajaron a Cuba, de acuerdo con fuentes de la industria del turismo citadas por Reuters, y la venta de alimentos se incrementó de 100 millones de dólares a 457 millones. Unos datos que han convertido a EE UU en uno de los 10 máximos socios comerciales de la isla y en el segundo en número de personas que la visita, después de Canadá.
Entre los miembros de la delegación que se ha desplazado a Cuba, todos demócratas salvo el senador por Arizona, Jeff Flake, existe una actitud favorable a un cierto relajamiento de la política de EE UU hacia la isla. “Hay un sentimiento cada vez más generalizado entre muchos ciudadanos de nuestro país para que cambiemos nuestra actitud de Guerra Fría”, aseguró Leahy, en declaraciones recogidas por AP. El principal escollo para ese deshielo, de momento, es la detención de Gross.
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