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Tribuna
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Hagel y Kerry vuelven a Asia

El futuro económico de Estados Unidos y el principal desafío a su hegemonía, China, están en Asia

Si el Senado confirma los nombramientos de Obama para los puestos de secretario de Defensa y de Estado, durante los próximos cuatro años, la acción exterior de EE UU estará dirigida por dos veteranos de la guerra de Vietnam. El Ejército más poderoso del mundo —con 570.000 soldados en activo y un presupuesto de 533.000 millones de euros que representa el 59% del gasto mundial en defensa— será dirigido por Chuck Hagel, sargento responsable de un pelotón en la 9ª División de Infantería desplegada en el delta del Mekong entre 1967 y 1968. A su lado, en el Departamento de Estado, tendrá como responsable de la diplomacia del país más influyente del mundo a John Kerry, teniente de navío a cargo de una patrullera fluvial en la bahía de Cam Rahn durante 1968-1969. Aunque en 2004, durante su campaña presidencial, un grupo de veteranos intentó desacreditar el historial militar de Kerry cuestionando las acciones que le valieron las más importantes medallas que concede el Ejército (el Corazón Púrpura, la Estrella de Bronce y la Estrella de Plata), las hojas de servicio de ambos demuestran que vivieron la guerra de Vietnam no solo en primera línea, sufriendo emboscadas y ataques, sino en toda su crudeza, asistiendo a la muerte de numerosos compañeros y sufriendo ellos mismos heridas de diversa consideración.

Experimentar la guerra en primera persona no debe ser lo mismo que dirigirla desde un despacho. De ahí que tanto Kerry como Hagel no hayan dudado en mostrar en público sus reticencias sobre los dos conflictos más importantes en los que EE UU se ha visto envuelto en la última década. Por un lado, aunque Kerry votó la autorización presidencial para ir a la guerra con Irak, lo hizo por patriotismo (seguramente mal entendido), pero al mismo tiempo criticó severamente las ansias bélicas de George W. Bush y su desprecio por una solución diplomática o consensuada con la comunidad internacional. Por otro lado, pese a ser republicano, Chuck Hagel se manifestó en 2006 contra el aumento de tropas en Irak decidido por Bush, no por casualidad describiéndolo como el “mayor fiasco exterior desde Vietnam”, y luego de forma muy directa (“no estoy seguro de qué diablos estamos haciendo allí”) contra el aumento de tropas en Afganistán decidido por Obama en 2010.

No fue, sin embargo, la generación de Vietnam la que dirigió la política exterior de EE UU a comienzos de la década pasada, sino un grupo de políticos sin experiencia bélica cuyo modelo teórico y práctico era la contención del comunismo y la guerra fría y las lecciones de la II Guerra Mundial, y que con Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz y Condoleezza Rice a la cabeza capturaron la política exterior de EE UU durante el primer mandato de George W. Bush. A diferencia de Hagel y Kerry, cuyas pesadillas nocturnas tenían que ver con el fuego cruzado en la jungla de Vietnam, las pesadillas de estos neocon se desarrollaban en torno a la humillante y contraproducente política de apaciguamiento de Hitler practicada por Daladier y Chamberlain en los años treinta, y que desembocó en el vergonzoso acuerdo de Múnich en 1938 por el que se cedían los Sudetes checoslovacos a Alemania. Ironías de la historia, este grupo, también llamado de los Vulcanos por su convencimiento de que Irak sería la fragua en la que se forjaría un nuevo siglo americano, comenzó la guerra de Irak pensando en Múnich y comparando a Sadam Husein con Hitler y describiendo a Al Qaeda y sus secuaces como islamofascistas, pero acabó creando un Vietnam en miniatura (dos, contando Afganistán).

La historia, sin embargo, guarda sorpresas para todo el mundo pues los dos veteranos de Vietnam que ha elegido Obama asumen las riendas de la política exterior estadounidense en un momento dominado por el llamado “pívot hacia Asia”, que describe la más profunda reorientación de la política exterior y de seguridad estadounidense desde que acabara la guerra fría hace ahora dos décadas. El futuro económico de Estados Unidos está en Asia y también el principal desafío a la hegemonía e intereses estadounidenses (China). Leon Panetta y Hillary Clinton ya comenzaron este redespliegue en el mandato anterior; ahora les toca a Hagel y Kerry continuarlo. Para ello contarán con un aliado inesperado: Vietnam, sumamente receloso de la preeminencia de China y deseoso de colaborar con Estados Unidos en contener a Pekín. ¿Quién les iba a decir que volverían a Vietnam? ¿Y que lo harían con el ánimo de contener a China y evitar un futuro Múnich asiático?

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