Cuba levanta el veto radiofónico a los músicos del exilio
El régimen elimina la 'lista negra', nunca hecha oficial, que incluía a unos 50 artistas La voz de Celia Cruz o de Gloria Estefan podrá oírse en las emisoras de la isla
A partir de ahora Celia Cruz, Bebo Valdés y Willy Chirino podrán ser escuchados en las emisoras de Cuba. Desde hace décadas, más de medio centenar de artistas críticos con el régimen habían sido censurados de la programación televisiva y radiofónica. Pero, según se ha filtrado a varios medios extranjeros como la cadena británica BBC, las autoridades han suprimido la llamada “lista negra”, un inventario de nombres prohibidos que nunca se hizo público y cuya eliminación tampoco ahora se anuncia oficialmente. La información ha sido dada a conocer por varios trabajadores del sector, aunque ningún cubano ha escuchado todavía el grito de “¡Azúcar!”, lanzado por la Reina del Son, saliendo de su transistor.
Además de la ya fallecida Celia Cruz, otros muchos artistas han estado vetados durante largos años. Entre ellos la cantante de boleros Olga Guillot, el saxofonista Paquito d´Rivera y el pianista Bebo Valdés. Hasta el conocido intérprete español Julio Iglesias padeció esa censura por su postura crítica hacia el gobierno de La Habana. Ahora la música de todos ellos volverá a sonar en los medios nacionales, después de que varias generaciones de cubanos se perdieran su arte. Sin embargo, la nueva medida aún no se ha reflejado en la programación musical. Este diario llamó a varias emisoras nacionales y locales; los empleados consultados se mostraron sorprendidos con la noticia y dijeron no saber nada al respecto.
Las nuevas tecnologías
burlan la censura del
régimen y permiten el acceso
a las voces proscritas
El mercado informal de música llevaba años comercializando las producciones de estos artistas. En las fiestas privadas se había vuelto común escuchar a Willy Chirino y a Gloria Estefan. Incluso sus temas musicales se colaban a veces en actividades y eventos organizados de forma institucional. Las nuevas tecnologías han estado haciendo posible que los cubanos se acerquen a esas voces prohibidas, a través de copias que se distribuyen fundamentalmente en CD, DVD y memorias USB. De manera que esta flexibilización sigue la misma lógica de otras “reformas raulistas”: la de aceptar lo que ya no se puede impedir, la de autorizar aquello que ya está ocurriendo en unas dimensiones imparables. La censura radiofónica había querido ponerle puertas al campo, y esta nueva medida reconoce la imposibilidad de condicionar los gustos musicales a considerandos ideológicos.
No obstante, el fin del veto no quiere decir que esos artistas vayan a empezar a sonar de inmediato. Las emisoras deben adquirir sus discos y muchos directores de programación aguardarán con cautela hasta comprobar que es una decisión sin vuelta atrás. También se espera una definición sobre qué canciones de su repertorio musical seguirán estando proscritas. Entre ellas, sin duda, aquellas que aluden a la libertad o a una eventual transición política en Cuba. Ese es el caso del popular tema Nuestro día ya viene llegando, interpretado por Willy Chirino.
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