Los jóvenes franceses desconfían del euro y de las instituciones
El Eurobarómetro muestra que los franceses están entre los que tienen un juicio más negativo de la moneda única en toda Europa
En su mayoría son demasiado jóvenes para recordar la época, hace poco más de 10 años, en la que el café en el mostrador del bistrot costaba solo seis francos. Menos de un euro, cuando el café solo, hoy, puede costar hasta dos euros.
Pese a ello, son ellos, los jóvenes, los más críticos respecto a la moneda única. Según una encuesta del instituto de sondeos IFOP, realizada con motivo del décimo aniversario del euro, el 54% de los jóvenes entre 15 y 34 años considera que la introducción de la moneda única ha tenido repercusiones negativas en la situación de Francia, frente al 50% general. Y el 56% de los menores de 35 años piensa que el euro es una «cosa perjudicial» para su situación personal.
Sin embargo, los jóvenes franceses han asimilado bien la desaparición de la antigua moneda y han olvidado hace ya mucho los billetes con la efigie de Antoine de Saint-Exupéry (50 francos) y Eugène Delacroix (100 francos). Mientras el 43% de los franceses siguen pensando en francos en el momento de pagar sus compras, solo el 32% de los menores de 35 años lo hace.
"Esta generación no ha conocido la aventura de la construcción europea. Para ellos los valores que defendían los padres fundadores son algo que dan por descontado", explica Jérôme Fourquet, que ha dirigido este estudio para el IFOP. "Por el contrario, no ven la prosperidad prometida. Aunque una parte de esta juventud se adhiere a la moneda única —la que tiene diplomas y viaja—, la otra la convierte en símbolo de la globalización y de la crisis que sufre de frente".
Otra pista para entender esta paradoja de una juventud totalmente cómoda con el euro pero que sigue considerándolo una amenaza hay que buscarla quizá en otro estudio realizado en 2011 por la Fundación para la innovación política sobre las aspiraciones de la juventud mundial. En él se descubre que la juventud francesa está, en general, "satisfecha" de su vida (un 83%, frente a una media europea del 78%), pero que teme por su futuro: 53% de los jóvenes franceses creen que tienen un porvenir "prometedor", frente al 75% de los jóvenes polacos.
"A este pesimismo generalizado", explica Michaël Malherbe, asesor de comunicación europea, "se añade otra característica de los jóvenes franceses: una gran desconfianza respecto a las instituciones. Y la moneda única se ha impuesto poco a poco como una de ellas, casi equiparable al Estado o las empresas".
Cuando se observan todas las edades, esta tendencia se confirma en las encuestas del Eurobarómetro, llevadas a cabo por la Comisión, que muestran que los franceses están entre los que tienen un juicio más negativo de la moneda única en toda Europa.
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