El Gobierno dimisionario holandés saca el presupuesto con ayuda de la izquierda
El Parlamento aprueba un déficit por debajo del 3% tres días después de la caída del Gobierno Liberales de izquierda, verdes y calvinistas moderados se unen al Gabinete centro derecha La socialdemocracia, socialistas radicales y la extrema derecha rechazan el pacto
El Parlamento holandés ha conseguido pactar por mayoría un ajuste presupuestario de emergencia que respeta el 3% de déficit impuesto por Bruselas, apenas tres días después de la caída del Gobierno de centro derecha, abandonado por la extrema derecha mientras negociaban el plan de ahorro. Los liberales de izquierda, verdes y calvinistas moderados, han hecho piña con el Gabinete dimisionario para dejar aprobado el presupuesto. Fuera del acuerdo ha quedado la socialdemocracia, socialistas radicales y el Partido de la Libertad, del líder xenófobo Geert Wilders, cuya negativa a ciertos recortes hizo caer al Ejecutivo. Las cuentas aprobadas cuadran con las exigencias de la eurozona. El problema es saber si aguantarán después de las elecciones anticipadas, previstas para el próximo 12 de septiembre.
La situación actual encaja a la perfección en las maneras políticas holandesas, marcadas por el consenso. La nueva mayoría parlamentaria que ha sancionado el recorte lo mantendrá hasta la llegada del nuevo Gabinete. Sobre las cifras definitivas para los presupuestos de 2013 nadie hace conjeturas. Wilders no ha tenido reparos en afirmar que el país se ha doblegado. “Bruselas dicta, el Gobierno asiente y ciudadano se aguanta”, clamó, durante el debate parlamentario de urgencia que aprobó la pasada madrugada el acuerdo. Entre los partidos que lo respaldaron, como los verdes, se oyen frases vagas. “Habrá que ver qué nos traen los comicios”, dijo Jolande Sap, su líder.
Hasta las elecciones, Holanda ha decidido subir, entre otras cosas, el IVA hasta el 21%. La edad de la jubilación pasará de 66 en 2019, a 67 en 2024. Ha congelado el salario de los funcionarios y aumentado los impuestos de las rentas más altas. En Sanidad, ahorrará 1.600 millones de euros, y exige el pago completo de las hipotecas en treinta años. La medida es para las que se firmen a partir de 2013, y dejará un ahorro de 5.400 millones euros. La ayuda al desarrollo, que la extrema derecha quería reducir a la mínima expresión, no se toca. Seguirá siendo un 0,7% del PIB.
Mark Rutte, primer ministro liberal dimisionario, ha calificado la situación de “hito en la historia parlamentaria”. Su ministro de Finanzas, Jan Kees de Jager, se ha mostrado feliz de llevar a Bruselas “un recorte ceñido al 3% de déficit”. Al otro extremo, la socialdemocracia y los socialistas radicales han justificado el rechazo al plan en nombre de sus principios. “Había otras cifras posibles”, ha dicho Diederik Samsom, jefe socialdemócrata. “La carga impositiva está mal repartida”, ha añadido Emile Roemer, de la izquierda radical.
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