El anuncio de las FARC, un alivio para Dilma Rousseff

La presidenta brasileña Dilma Rousseff y su Gobierno, que se han ofrecido a ayudar a la operación para liberar a los 10 secuestrados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), no podían recibir mejor noticia que el anuncio que pone fin a los secuestros de las mismas, ya que el tema de las relaciones del Partido de los Trabajadores (PT) con las FARC fue uno de los nudos gordianos en la última campaña presidencial.

El candidato opositor José Serra (PSDB), que se midió contra Rousseff en las presidenciales de 2010, recordó durante la campaña que el PT siempre permitió la presencia de una representación de las FARC en el Foro de São Paulo, que reúne a los principales movimientos izquierdistas de América Latina. El partido de Lula también fue acusado de permitir la entrada a Brasil de simpatizantes e incluso miembro de las FARC.

Como respuesta a los ataques (y de una manera similar a la que reaccionó cuando la Iglesia le acusó de “abortista”), Rousseff difundió un comunicado en el que se desmarcaba de las FARC. “Tenemos una posición en relación con las FARC. [...] . Si Colombia alguna vez solicitara la intermediación de Brasil en el diálogo, lo haremos. De lo contrario no tenemos por qué ya que las FARC no son un problema brasileño”.

Es exactamente lo que hizo ayer ofreciendo la logística de su gobierno para colaborar en el rescate de los 10 secuestrados que las FARC han decidido liberar. Y no es acaso que las FARC hayan agradecido a Dilma su gesto y que, como para protegerla, hayan querido subrayar su ayuda a la misión “humanitaria” y no política, de la liberación de los secuestrados.