El ministro de Educación chileno dimite tras meses de protestas estudiantiles
Bulnes es el segundo secretario de Estado que deja la cartera tras el inicio del conflicto estudiantil
“Hace algunas semanas recibí la visita de dos ministros y me expresaron de forma muy franca que su salida fue por razones personales”, señaló el domingo el presidente chileno, Sebastián Piñera, para explicar las dimisiones de los secretarios de Estado de Educación y Agricultura. “No fue fácil la decisión de aceptar sus renuncias. Sabemos que nos queda tanto por avanzar”, dijo el mandatario tras la ceremonia de cambio de Gabinete en el Palacio de La Moneda, el tercer reajuste de su equipo en lo que va de 2011.
Pero el abogado Felipe Bulnes, que era ministro de Educación desde julio pasado, explicó que la determinación de abandonar el cargo no la tomó solo por razones personales. “La decisión no se explica en el cansancio, sino que es una visión política. Hay que cambiar una cara que estuvo marcada por el conflicto y colocar una que se empiece a identificar con el futuro de la educación”, afirmó tras dejar oficialmente la cartera que asumió en el periodo más álgido del movimiento estudiantil chileno y tras ser ovacionado por sus compañeros de gabinete.
En marzo de 2010, cuando arrancó el Gobierno de Sebastián Piñera, Bulnes fue nombrado ministro de Justicia. Hasta entonces trabajaba en el sector privado y era uno de los mejores litigantes de la plaza. No carecía, sin embargo, de habilidades políticas: no solo es descendiente de varios exmandatarios chilenos, sino que además milita desde muy joven en Renovación Nacional, el partido del actual Presidente. Fue una de las razones por las que, aunque estaba desempeñando una exitosa gestión, focalizada fundamentalmente en mejorar la vida de los presos en las cárceles, en julio fue convocado para reemplazar a Joaquín Lavín en Educación en medio de las protestas estudiantiles. Aceptó hacerse cargo de la cartera con una condición: que su misión fuese temporal.
Los cinco meses que sucedieron no fueron nada fáciles para Bulnes. Con casi la totalidad de los colegios y universidades públicas del país tomados y paralizados, y con el movimiento estudiantil con gran apoyo ciudadano, el ministro apostó por la estrategia de radicar el debate educacional en el Congreso Nacional.
El propio Piñera, sin embargo, cambió los planes: a fines de agosto decidió invitar a los dirigentes a conversar al Palacio de La Moneda, en contra de la táctica que hasta ese momento tenía Bulnes. El 26 de agosto de 2011, de acuerdo a lo publicado por el periódico La Tercera, el ministro de Educación presentó su renuncia. Se mantuvo en el cargo, sin embargo, cuatro meses más.
Con la llegada de fin de año las protestas ciudadanas prácticamente se han extinguido y las movilizaciones estudiantiles se han detenido temporalmente con el retorno a las clases.
Felipe Bulnes, por otra parte, logró la aprobación de la partida de educación del Presupuesto 2012, pese a los fuertes reparos de la oposición. Con el escenario algo más tranquilo, pese a que no se sabe lo que ocurrirá el próximo año, el abogado pidió al presidente dejar su puesto. Y Piñera decidió hacer efectiva la renuncia. No se descarta, sin embargo, que Bulnes regrese al aparato público en los próximos meses.
El nuevo ministro de Educación
El académico e investigador Harald Beyer es el nuevo ministro de Educación. Ingeniero comercial vinculado a la centroderecha, el nuevo secretario de Estado se ha manifestado en contra de la educación universitaria gratuita para todos, una de las demandas del movimiento estudiantil. “Mi desafío es crear esa educación pública de calidad”, ha declarado en su primera intervención pública. Los estudiantes, sin embargo, miran con recelo el nombramiento y, de hecho, se han negado a reunirse con el secretario de Estado sin antes consultarle a las bases.
A cargo del Ministerio de Agricultura y en reemplazo de José Antonio Galilea quedó Luis Mayol, que hasta ahora era el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), una organización gremial que reúne a los empresarios del sector. El nombramiento ha sido criticado por la oposición: “Es increíble que el Gobierno insista en poner a personas que tiene intereses y vínculos en el sector”, dijo Carolina Tohá, presidenta del Partido por la Democracia (PPD).
Piñera optó por mantener en su cargo al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, cuyo desempeño es criticado desde diferentes sectores por las altas cifras de delincuencia de los últimos meses y, sobre todo, por la falta de conducción política. Esta decisión fue vista con preocupación por la centroderecha chilena.
Entre 2012 y 2013 se realizarán elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales, lo que requiere un jefe de campaña para los partidos oficialistas. En Chile, esta labor la ha realizado históricamente el ministro del Interior. Hinzpeter, sin embargo, no ha logrado asumir un liderazgo político en los 21 meses de su gestión. Es la razón por la que no se descarta que en los próximos meses Piñera deba realizar un nuevo cambio de Gabinete.
El jefe de Estado realizó el reajuste justamente el día en que se dieron a conocer los resultados de la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), la más influyente del país sudamericano. De acuerdo al sondeo, un 62% de los chilenos desaprueba la gestión del presidente Sebastián Piñera, la tasa más alta de rechazo que ha tenido un gobernante desde el regreso de la democracia en 1990. La reprobación al jefe de Estado ha subido 12 puntos desde la encuesta anterior, en agosto, cuando el conflicto estudiantil se encontraba en pleno apogeo.
El presidente Piñera obtiene un 23% de respaldo, tres puntos menos que en la encuesta anterior.
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