"Correa quiere proteger Yasuní, pero también es pragmático y realista"
La jefa del proyecto por el que Ecuador busca que los países ricos le den dinero para evitar la explotación petrolera en la Amazonia ecuatoriana, una de las zonas de mayor biodiversidad del planeta, dice que la lentitud de las negociaciones obligan al Gobierno a buscar una otra solución
La jefa negociadora del proyecto ambientalista ecuatoriano Yasuní-ITT, Ivonne Baki, mantiene un alto nivel de optimismo. El proyecto consiste en dejar sin explotar la enorme riqueza petrolera que atesora Ecuador bajo el territorio del parque nacional Yasuní a cambio de una compensación de la comunidad internacional. La funcionaria asegura que el próximo mes dicha iniciativa logrará superar la meta planteada por el presidente Rafael Correa para fines de este año de 100 millones de dólares recaudados. España se comprometió hace justamente un año a aportar un millón de dólares.
El proyecto Yasuní-ITT prevé una compensación internacional de 3.600 millones de dólares durante los próximos 13 años. La cifra supone el 50% de lo que Ecuador ingresaría si explotara todo el potencial de unos 846 millones de barriles de crudo de los campos Ishpingo, Tambococha y Tiputini (ITT), situados en la zona del Parque Nacional Yasuní, una de las áreas de mayor biodiversidad del planeta.
La iniciativa ambientalista se compromete a no arrasar la selva amazónica a cambio de esa compensación internacional, que está llegando con más lentitud de la esperada. El presidente Correa ha insistido en que si hasta diciembre próximo el proyecto no alcanza la cifra esperada, Ecuador podría decidir la aplicación del plan B, esto es la explotación de los yacimientos. Pero Ivonne Baki no quiere siquiera pensar en esa posibilidad, y confirma que el gobierno podría anunciar en las próximas semanas la adopción de una solución alternativa, que ella llama plan C.
Y mientras Baki hace números y suma las contribuciones recogidas, incluida la cifra de 2.8 millones de dólares recaudada este domingo en un evento efectuado en Ecuador, reflexiona en esta entrevista con diario EL PAÍS por qué ha sido difícil concretar aportes para esta iniciativa tras cuatro años de haber sido lanzada.
Pregunta. ¿Se logrará alcanzar la meta de 100 millones de dólares fijada por el presidente Correa?
Respuesta. Se ha anunciado que al momento tenemos más de 70 millones de dólares en compromisos internacionales formales, pero además de ello estamos esperando todavía respuestas de diversos Gobiernos y siguen entrando al proyecto contribuciones de la sociedad civil internacional y ecuatoriana. Entonces podemos decir que vamos a tener más de los 100 millones.
P. ¿Esos 70 millones están ya en la cuenta del proyecto o solo son compromisos?
R. Para que un compromiso se concrete en la cuenta del proyecto primero el contribuyente debe firmar un acuerdo administrativo estándar con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo [entidad que junto con el Gobierno ecuatoriano conformó un fideicomiso para el manejo de fondos del proyecto]. Además, a quienes aportan más de 50.000 dólares se les entrega el Certificado de Garantías Yasuní [documento por el cual los contribuyentes podrán reclamar sus recursos en caso de que Ecuador incumpla su ofrecimiento de no explotar el crudo]. Y ello toma su tiempo. Pero esperamos para diciembre tener ya en la cuenta todos los compromisos anunciados.
P. Se la ve muy optimista…
R. Es que no estamos pidiendo una limosna. Este es un proyecto para la vida del planeta. No se trata de una donación, sino de una corresponsabilidad con el mundo. De tanto que se habla en las reuniones de cambio climático sobre acciones contra el calentamiento global, Ecuador es el país que ha puesto sobre la mesa una iniciativa concreta.
P. ¿Qué países han comprometido sus aportes para el proyecto Yasuní-ITT?
R. Tenemos varios países, entre ellos Chile, Colombia, Perú, España, Italia, consejos regionales de Bélgica y Francia, Australia, Turquía, y estamos esperando otras respuestas.
P. ¿Cuál es el mayor contribuyente hasta el momento?
R. Italia, con dinero (35 millones de euros en canje de deuda) que se entregará directamente al fideicomiso del proyecto. Luego viene España con un millón de euros que ya está en la cuenta Yasuní y un compromiso de 5 millones de euros adicionales durante los próximos años.
Siempre ha estado el plan B (...) Ecuador sigue siendo un país dependiente del petróleo
P. ¿Qué ocurre en el caso de Alemania, donde su ministro de Desarrollo, Dirk Niebel, se mostró opuesto al proyecto Yasuní-ITT, criticó a Italia por respaldar la iniciativa, y señaló que si se aporta a este proyecto se sentaría un precedente por el cual otros países podrían pedir contribuciones similares?
R. Fue una barbaridad lo que hizo el ministro alemán. Cuando con el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, visitamos hace poco Alemania, dijimos que esto es inaceptable, y vimos que la reacción interna alemana y de la prensa de ese país fue crítica hacia la posición del ministro. En estos días se han recogido en Alemania más de 300.000 firmas de apoyo al proyecto Yasuní.
P. Cuatro años después de lanzar el proyecto Yasuní-ITT, hoy se está tratando de llegar a la meta de 100 millones de dólares. Sin embargo, la iniciativa prevé 3.600 millones de dólares durante los próximos 13 años. ¿Por qué ha sido tan difícil lograr concretar aportes en estos cuatro años?
R. Porque no ha habido la estrategia correcta, hubo negativismo en ciertos sectores de Ecuador, y tuvimos problemas para armar el fideicomiso, que se firmó recién en agosto del año pasado, y que tuvo en junio de este año la primera reunión de su directorio. Y desde la conformación del directorio hemos avanzado mucho [Baki fue designada como jefa negociadora en febrero de este año]. Por otro lado, la crisis económica en países de Europa y en Estados Unidos, y la crisis política en países árabes han postergado un poco algunas de las gestiones que se hicieron.
P. ¿Cuánto ha afectado a la iniciativa las constantes referencias públicas del presidente Correa sobre la posibilidad del plan B, del cual ya se tienen avanzados estudios para la explotación petrolera en la zona con responsabilidad ambiental?
R. Siempre ha estado el plan B. Desde el comienzo se dijo que el plan A es prioritario, pero que si la propuesta no resulta nos iríamos por el otro camino dado que Ecuador sigue siendo un país dependiente del petróleo.
P. El presidente Correa ha mencionado, sin dar detalles, la existencia de un tercer plan. ¿Esta tercera alternativa incluye la explotación de crudo en una parte de la zona del Parque Yasuní?
R. El plan C es un añadido al plan A [no extraer el crudo], no al plan B [extraer el crudo], y no voy a decir aún de qué se trata.
Correa pensó después de tanto tiempo que el mundo no reaccionó como quería, pero se dio cuenta de que no es así
P. ¿Lo van a anunciar después de la evaluación que en diciembre hará el Gobierno sobre el proyecto?
R. Ojalá.
P. En todo caso, frente a los reiterados anuncios en favor de la explotación del crudo, y a las dificultades que ha tenido el proyecto en estos cuatro años, hay quienes piensan que finalmente lo que ocurrirá es que el presidente Correa anunciará la explotación del crudo…
R. El presidente Correa quiere el plan A, pero también es pragmático y realista, pues el país tiene necesidades. Sin embargo, la reacción positiva que se está viendo en Gobiernos y sociedad civil de varios países del mundo ha sido algo muy emotivo y ha hecho que el presidente cambie esa posición de que él pensaba que no se iba a dar.
P. ¿Correa llegó a pensar en que no se iba a dar el plan A?
R. Lo pensó. Después de tanto tiempo pensó que era difícil porque quizá el mundo no reaccionó como quería, pero se dio cuenta de que no es así.
P. ¿Y si después de todo este tiempo, y tras un análisis, el presidente Correa llegara a tomar una decisión de explotar el petróleo existente bajo la zona del Yasuní, cómo se sentiría usted?
R. Mal por el trabajo que se ha hecho, pero ni siquiera quiero pensar en que se pueda dar eso. Creo en este proyecto, creo en el presidente Correa y creo que él sí quiere que esto salga adelante.
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