Un docena de muertos y cientos de heridos en los choques de El Cairo
Los manifestantes exigen la renuncia de la Junta Militar que gobierna el país Las autoridades egipcias desmantelan las tiendas de campaña de los protestantes en El Cairo Una persona muere en la capital y otra en los enfrentamientos de Alejandría
Miles de egipcios mantenían anoche su desafío al Ejército por el control de la plaza de Tahrir, en El Cairo, donde se reprodujeron los enfrentamientos entre manifestantes y miembros de las fuerzas de seguridad que dieron lugar a la revolución del 25 de enero y desbancaron a Hosni Mubarak. Al menos una docena de personas han muerto y un millar han resultado heridas durante el fin de semana, según el último balance del Ministerio de Sanidad egipcio. La Red Árabe para la Información de Derechos Humanos calcula que hay 53 detenidos.
Los disturbios no cesaron a lo largo de toda la jornada y con la caída del sol se recrudecieron. Una carga del ejército y la policía, que prendió fuego a las tiendas instaladas en el centro de la plaza, logró dispersar a los manifestantes pero éstos se reagruparon después de haber permanecido a cubierto de botes de gases lacrimógenos y disparos en las calles aledañas.
Durante todo el día, el sonido de las sirenas de las ambulancias y de los vehículos blindados antidisturbios se mezclaron con los gritos de “¡abajo el Ejército!” y “¡abajo el mariscal!”, en referencia a Mohamed Hussein Tantaui, jefe de la Junta Militar que gobierna el país desde la renuncia forzada de Hosni Mubarak el pasado 11 de febrero. “¡Vete, vete, vete!”, “Que se vaya él, nosotros no nos vamos”, clamaban los manifestantes. Con este sonido de fondo se reunió de urgencia el Consejo de Ministros egipcio, cuya sede está a un par de calles de la plaza y del ministerio del Interior, donde se desarrollaban los disturbios más graves.
El portavoz del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, el general Mushim Fanghari, anunció que no se retrasarán las elecciones legislativas, previstas para el 28 de noviembre. Fanghari subrayó que “los pocos miles” reunidos en Tahrir no representan a los más de 81 millones de egipcios.
El ministro de Cultura Eimad Abu Ghazy dimitió en protesta por la actuación de los uniformados en la plaza, según publicó la edición online del diario Al Ahram. Varios partidos egipcios suspendieron la campaña electoral por los disturbios y llamaron a una concentración. “Pedimos que caiga el Gobierno, que se establezca un calendario para que las Fuerzas Armadas entreguen el poder y que se castigue a todos los responsables de los incidentes de hoy”, según apuntó un comunicado difundido por el mismo diario.
Las protestas se iniciaron en la madrugada del sábado cuando la policía desalojó a algunos familiares de heridos durante la revolución de febrero. Habían iniciado una acampada después de una concentración el viernes para demandar el traspaso a manos civiles del poder político.
Ante las acusaciones lanzadas por los manifestantes sobre la violencia ejercida por policías y militares, las autoridades han negaron el que sus agentes utilizaran armas de fuego o pelotas de goma, algo que contradice las declaraciones de los testigos y lo presenciado por esta periodista. Al menos una de las víctimas mortales, un joven de 23 años, murió por disparos de bala. Numerosos heridos presentaban lesiones causadas por munición de goma.
En otras zonas de las ciudad alejadas de los disturbios, algunos ciudadanos lamentaban la pésima situación del país. Adel, un taxista de cincuenta y tres años, se quejaba por la ausencia de trabajo. “Ayer apenas gané diez libras. Antes de la revolución en un día normal podía ganar cuarenta o cincuenta”, aseguró. Otros, directamente acusaban a los manifestantes de Tahrir de estar destruyendo Egipto. La televisión pública ha ayudado a que los ciudadanos se formen esa idea. Su página web ha sido atacada por piratas que colgaron un mensaje en el que aludían a “las tonterías” que vieron el día anterior en las pantallas. “Primero les laméis las botas al depuesto régimen y ahora lo hacéis con el gobernante consejo militar”. Los piratas instaron al canal a cubrir las informaciones con honestidad.
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