La dimisión del jefe de Scotland Yard lleva a Cameron a convocar a los Comunes
Sir Paul Stephenson mantuvo hasta septiembre de 2010 como consultor en la Policía Metropolitana de Londres a Neil Wallis, exsubdirector de 'News of the World' y detenido esta semana.- La policía británica ha sido criticada por aceptar dinero de este diario y no investigar las acusaciones sobre los pinchazos telefónicos.- Cameron propone una sesión parlamentaria extraordinaria
El escándalo de las escuchas de News of the World vivió ayer otro día de golpes de teatro: el jefe de Scotland Yard, sir Paul Stephenson, presentó anoche su dimisión después de las revelaciones de la prensa dominical que le relacionaban a él y a la Policía Metropolitana con un experiodista del News of the World, Neil Wallis. Su dimisión coronó un día que había estado dominado hasta entonces por el arresto de Rebekah Brooks, exconsejera delegada de News International, para ser interrogada en relación tanto con las escuchas ilegales del desaparecido tabloide dominical como por los pagos ilegales de ese periódico a oficiales de policía.
El lío de madeja de la trama de espionaje ha llevado al primer ministro británico, David Cameron, a proponer una sesión extraordinaria del Parlamento este miércoles en la que informará sobre la investigación. "Podría estar bien que el Parlamento se reuniera el miércoles", ha declarado el líder tory desde Sudáfrica, "para que yo pueda hacer una declaración, informar a la Cámara sobre la parte final de esta investigación judicial y responder a cualquier pregunta que surja hoy o mañana".
A priori, los parlamentarios tenían previsto disfrutar de seis semanas de vacaciones a partir de este martes. Cameron ha recortado su gira por África de cinco a dos días en medio de las críticas recibidas desde la oposición, entre ellos, el líder laborista, Ed Miliband, por abandonar el país con la que está cayendo. Wallis, el reportero que ha desencadenado la renuncia del jefe de Scotland Yard, trabajó precisamente para Andy Coulson, exresponsable de Comunicación de los conservadores, cuya implicación en el escándalo -fue detenido e interrogado la semana pasada- ha puesto contra las cuerdas al propio Cameron.
Según el diario The Sunday Times, propiedad de Murdoch, el jefe de Scotland Yard, sir Paul Stephenson, contrató a Wallis como relaciones públicas entre octubre de 2009 y septiembre de 2011 y le pagó 24.000 libras. Además, el diario afirma que sir Paul y su esposa fueron invitados a la estancia y las comidas en un balneario en el que el policía se sometió durante cinco semanas a un tratamiento de recuperación tras una fractura. Wallis trabajaba también como relaciones públicas para ese balneario, lo que hace aún más sospechoso que sir Paul no pagara la factura, de unas 12.000 libras. "Permítanme dejar muy claro que tanto yo como la gente que me conoce sabemos que mi integridad está intacta. Me gustaría haber hecho las cosas de otra manera, pero no voy a perder el sueño acerca de mi integridad personal", dijo sir Paul en su nota de dimisión.
En una declaración que leyó en los canales de televisión británicos, Stephenson dijo que no tenía conocimiento de la magnitud de las acusaciones de pinchazos telefónicos del News of the World, propiedad del magnate Rupert Murdoch y, tras alabar el trabajo de la policía y sus buenos resultados (conseguir la tasa más baja de delincuencia en 10 años), dijo que no quería perjudicar a sus compañeros cara a la seguridad de los próximos Juegos Olímpicos de 2012.
El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, ha dicho esta noche que "comprende y respeta" su dimisión, recoge la edición digital de The Guardian. El mismo periódico que Cameron, que ha cancelado sus planes de visitar Ruanda y Sudán durante su visita por África para regresar antes a Reino Unido, supo de su dimisión un par de horas antes de que la hiciese pública. Para el primer ministro, lo que importa ahora es que la policía "haga todo lo posible para que las investigaciones sobre los pinchazos telefónicos y la corrupción policial se realicen con rapidez", así como también que las autoridades dispongan de todos los recursos necesarios para llegar a una "conclusión efectiva". Una declaración en la que ha querido reseñar el trabajo de Stephenson contra el crimen y el terrorismo.
La ministra de Interior, Theresa May, se ha posicionado en la misma línea de Cameron al asegurar que el ex jefe de Scotland Yard ha tomado una decisión "honorable" al dimitir de su puesto. A lo que ha añadido que "aún hay serios aspecto a esclarecerse" sobre el escándalo de las escuchas. La marcha de Stephenson se conoció horas después de que la ministra del Interior, Theresa May, anunciara su intención de comparecer hoy en los Comunes y expresara su "preocupación" por los vínculos entre Scotland Yard y Wallis, un antiguo alto cargo del News of the World que el jueves pasado fue arrestado en el marco de la investigación del escándalo.
La policía británica ha sido censurada por la acusación de aceptar pagos del tabloide ahora desaparecido y de otros periódicos y no investigar suficientemente los presuntos pinchazos telefónicos.
También en su intervención, Stephenson abordó su relación con Neil Wallis. Le conoció, según ha contado, en 2006. "El propósito de esa reunión fue, al igual que con otros periodistas, para comunicar el contexto de la labor policial e informar mejor. Yo no tenía conocimiento de, o participación, en la investigación original sobre los pinchazos de teléfono en 2006, que llevó con éxito a la condena y el encarcelamiento de dos hombres. No tenía ninguna razón para creer que se trataba de otra cosa que una investigación exitosa. No sabía que había otros documentos en nuestro poder de la naturaleza que han surgido ahora".
"Mi relación con el señor Wallis continuó durante los años siguientes y la frecuencia de nuestros encuentros es un asunto de interés público. El registro claramente concuerda con mi descripción de la relación con él, mantenida con fines profesionales. En 2009 la Policía Metropolitana inició un acuerdo contractual con Neil Wallis, que terminó en 2010. Yo no jugué ningún papel en la gestión de ese contrato", prosiguió.
"He escuchado que debíamos haber sospechado sobre la participación de Wallis en las escuchas. Permítanme decir claramente queno tenía ninguna razón para haberlo hecho. Yo no ocupo una posición en el mundo del periodismo, no tenía ni tengo conocimiento de la magnitud de esta práctica vergonzosa, ni la repugnante naturaleza de la selección de las víctimas que ahora está saliendo a la luz, ni que alcanzara a los niveles más altos", ha añadido. Más de 3.000 personas fueron tuvieron los teléfonos pinchados en algún momento, víctimas que van desde miembros de la familia real británica, políticos, famosos, a familiares de soldados o civiles.
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