_
_
_
_

Yemaa el Fna, una plaza mágica Patrimonio de la Unesco

El lugar en el que se ha producido el atentado es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad Es el centro neurálgico de Marraquech, por el que pasan cientos de turistas cada día

Miguel Ángel Medina

La plaza Yemaa el Fna es mágica. Cientos de turistas pasan cada día por el centro neurálgico de Marraquech para mezclarse con sus aguadores, vendedores ambulantes y encantadores de serpientes, o toman un té al atardecer desde alguna de las terrazas panorámicas -como la atacada este jueves- que permiten contemplar el bullicio. Pero este entorno no es un monumento al uso: la galería de pintorescos personajes que actúan desde el siglo XI en esta especie de teatro al aire libre le han valido la declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y suponen un espectáculo único en el mundo.

A finales de 2010, la Unesco declaró que la humanidad debería reconocer el valor del flamenco, la dieta mediterránea y el canto de la Sibila mallorquín. Casi 10 años antes, el empeño del escritor Juan Goytisolo logró lo mismo para una plaza que, a primera vista, parece un lugar desangelado, una extensión de asfalto que no sería nada sin las personas que la pueblan a diario. Según explica el autor español, residente en Marraquech, en aquel momento se pretendía construir un gran edificio para dar al entorno un aire "más moderno", al precio de acabar con su encanto. Una ola de solidaridad y protestas consiguió frenar el proyecto y el reconocimiento del organismo de Naciones Unidas.

Más información
Al menos 14 muertos en un atentado en el centro turístico de Marraquech
El ágora ensangrentada
Cronología de los atentados en Marruecos
Marruecos intenta comprar la paz social
"El objetivo del atentado es claro: parar el proceso democrático"
Un explosivo activado a distancia fue utilizado en el atentado de Marraquech
Los terroristas de Marraquech usaron el mismo método que el 11-M en Madrid
El terrorista de Marraquech hizo la bomba en seis meses

¿Y en qué consiste esa magia? De entrada, en que la plaza de Yemaa el Fna, en realidad, son muchas plazas. Por la mañana, temprano, abren los puestos de frutas, algunos turistas se acercan para tomar un zumo de naranja recién exprimido por pocos dírhams y las motos cruzan a toda prisa. En ese momento, parece un aparcamiento grande y vacío. Al medio día llega el bullicio y es cuando se puede descubrir a los personajes más variopintos: desde el aguador que baja de las montañas hasta las mujeres que pintan con henna; del encantador de serpientes al que tiene un mono amaestrado; también del dentista sui géneris al vendedor de artesanía; todos a la búsqueda del extranjero al que pedir unas monedas a cambio de una foto.

Por la tarde, cuando arrecia el calor, la plaza desaparece entre las decenas de puestos de comida que se instalan en cuestión de minutos, y por la noche las luces de estos tenderetes improvisados -siempre atestados de locales y foráneos- convierten el lugar en algo totalmente distinto. Ese momento tras el atardecer suelen aprovecharlo muchos turistas para tomar un té en alguna de las típicas terrazas panorámicas desde las que se ve la plaza. Una de ellas, la cafetería Argana, ha sido atacada este jueves.

Fizcairn / Getty Images
Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Miguel Ángel Medina
Escribe sobre medio ambiente, movilidad -es un apasionado de la bicicleta-, consumo y urbanismo. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense, ha ganado los premios Pobre el que no cambia su mirada y Semana Española de la Movilidad Sostenible. Ha publicado el libro ‘Madrid, preguntas y respuestas. 75 historias para descubrir la capital’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_