Llegan a Italia los primeros refugiados de la guerra en Libia
El Gobierno de Silvio Berlusconi se muestra incapaz de resolver la emergencia en Lampedusa
Italia ha recibido este domingo a los primeros desplazados de la crisis libia. Una patera con 282 refugiados, la mayoría eritreos, entre ellos 80 mujeres y 12 niños, llegó esta madrugada a la pequeña isla italiana de Linosa, situada al norte de Lampedusa. La barca, que se dirigía en principio a Lampedusa, fue interceptada por guardacostas italianos y escoltada hasta la segunda isla del archipiélago de las Pelagias. Los prófugos serán trasladados el lunes en el ferry de línea a un centro de acogida situado en la ciudad siciliana de Porto Empedocle, informaron las autoridades.
Según Laura Boldrini, la portavoz de ACNUR en Italia, la patera había partido hace cuatro días de Misrata, una de las ciudades más castigadas por la guerra civil en curso. La travesía fue dura y estuvo llena de incidentes. Una mujer etíope de 26 años dio a luz a un bebé a bordo, y otra joven embarazada de tres meses tuvo que ser evacuada a un hospital, donde ha perdido el hijo que esperaba.
Otras dos barcas procedentes de Libia, una de ellas con 200 refugiados a bordo, estaban ayer muy cerca de Lampedusa, ha señalado Boldrini. Una de ellas ha tenido una avería en un motor, y está a la espera de que las autoridades italianas decidan dónde acogerla.
La situación en Lampedusa, donde han llegado otros 1.000 emigrantes tunecinos en las últimas 24 horas, es cada vez más complicada. Hoy domingo hay más de 5.000 inmigrantes en la isla. Muchos duermen al raso y sin mantas en el muelle, y apenas reciben comida ni agua por decisión del Gobierno, que ha empezado a trasladarlos hacia otros lugares del sur del país con cuentagotas.
La intranquilidad entre los 5.000 habitantes de Lampedusa y otras localidades es creciente. Los vecinos no protestan contra los emigrantes, sino contra su Gobierno, al que acusan de crear artificialmente la crisis, de querer provocar "una guerra entre pobres" para llamar la atención de Europa, y de discriminar a las regiones del sur al negarse a distribuir a los inmigrantes por todo el territorio nacional.
Hoy, cerca de 1.000 personas se han manifestado en Mineo, cerca de Catania (Sicilia), contra la gestión de la inmigración del Ejecutivo del Pueblo de la Libertad y la Liga del Norte; según los manifestantes, la Liga quiere "cargar el problema sobre Sicilia" y liberar al norte de sus obligaciones.
En las últimas horas, 1.500 emigrantes han sido llevados desde Lampedusa hasta la Aldea de la Solidaridad habilitada en Mineo, en una vieja urbanización abandonada donde vivían las familias de los soldados de la antigua base estadounidense de Sigonella. Las televisiones han mostrado que muchos emigrantes saltan las vallas del recinto y escapan sin dificultad.
Atizando el miedo al inmigrante
Con Silvio Berlusconi preocupado por sus asuntos personales (sus abogados han anunciado que el lunes acudirá en Milán a la primera vista del caso Mediatrade), los ministros y políticos de la séptima potencia mundial parecen empeñados en atizar el fuego del miedo al inmigrante, y cada día muestran en público su fingido desconcierto lanzando proclamas pintorescas y eslóganes populistas.
Según el titular de Defensa, Ignazio La Russa, Italia no puede acoger a más tunecinos de los 17.000 que han llegado desde el 1 de enero porque todos los centros de identificación y expulsión de inmigrantes del país están llenos ya. "Además, los tunecinos son clandestinos porque en Túnez no hay guerra", ha afirmado.
Franco Frattini, el ministro de Exteriores, ha propuesto por su parte pagar 1.500 euros a cada inmigrante "con fondos de la Unión Europea" para que vuelvan a casa, y el viernes viajó a Túnez junto a su colega de Interior, Roberto Maroni, para prometer al nuevo Gobierno una línea de crédito de 150 millones si ayudan a frenar los desembarcos.
Umberto Bossi, líder de la Liga del Norte, ha replicado a Frattini que lo mejor es "devolverlos a todos a casa sin pagar un euro". Y el Gobernador de Sicilia, el democristiano Raffaelle Lombardo, ha afirmado que ha llegado el momento de "sacar la metralleta".
Mientras, la nave militar San Marco ha llevado hoy desde Lampedusa hasta Taranto, en la región de Apulia (el tacón de la bota italiana), a 547 prófugos tunecinos, que serán ingresados en el nuevo centro de identificación y expulsión de Manduria, un campamento al aire libre hecho con tiendas de campaña.
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