La Iglesia cubana confía en la pronta liberación de los presos políticos y pide cambios

La Iglesia Católica cubana sigue abriendo espacios humanitarios para los presos políticos, pide cambios económicos en la isla y confía en que el Gobierno de Raúl Castro cumplirá pronto -quizás antes de que termine la Navidad- con su compromiso de excarcelar a todos los opositores del denominado Grupo de los 75, de los cuales 11 siguen plantados y se niegan a salir de prisión si la condición es exiliarse en España. El arzobispado de La Habana anunció esta semana la liberación y próxima salida del país de otros dos presos condenados por acciones violentas pero considerados políticos, con lo que suman ya 15 los liberados fuera del Grupo de los 75, cuyos integrantes, condenados a largas sanciones de privación de libertad en la primavera de 2003 bajo la acusación de "conspirar con Estados Unidos", son considerados prisioneros de conciencia por Amnistía Internacional.

En un hecho poco habitual, el cardenal Jaime Ortega, figura clave en la mediación de la Iglesia ante el Gobierno para lograr la excarcelación de los presos, fue autorizado a oficiar una misa el 24 de diciembre en la principal prisión de Cuba, el Combinado del Este, a las afueras de La Habana. Otro hecho que refleja el buen momento de las relaciones Iglesia-Estado y el interés mutuo por buscar soluciones humanitarias al asunto de los presos.

En el Combinado están Ángel Moya y Oscar Elías Biscet, dos de los 11 opositores del Grupo de los 75 que aun siguen en prisión, ambos condenados a 20 años de cárcel. El pasado 7 de julio, el presidente cubano, Raúl Castro, se comprometió con Ortega a poner en libertad en un plazo de cuatro meses a los 52 miembros de dicho colectivo que seguían en prisión. El ex ministro español de Relaciones Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, actuó como facilitador de la mencionada operación humanitaria, aceptando recibir en España a los presos y sus familiares y negociando que no perdieran sus casas y propiedades en Cuba al abandonar la isla.

El plazo de los cuatro meses ya terminó, y hasta el momento 40 de los 52 presos han viajado a España y uno de ellos está libre en Cuba. Los 11 que siguen plantados en la cárcel y se niegan a salir del país por considerarlo un "exilio forzado" están en una especie de limbo, que la Iglesia trata ahora de resolver.

"Sobre los presos he dicho muchas veces que hay una promesa formal (del gobierno) de que todos serán liberados", afirmó el lunes el cardenal Jaime Ortega a la prensa, al término de un concierto en la Catedral de La Habana, durante el cual dio a conocer el mensaje de Navidad de los obispos.

Plantea la Iglesia que existen muchas "expectativas" en la sociedad "acerca de cambios necesarios que puedan mejorar y transformar la vida nacional", y asegura que "es necesario dar espacios a la iniciativa y creatividad personal", urgiendo a aceptar el concurso de todos los cubanos "sin exclusiones ni marginaciones". Los cambios no cuajarán antes de que termine la Navidad, eso es seguro, pero la Iglesia confía en que el tema de los presos pueda resolverse en breve.