El cólera mantiene su virulencia en Haití y mata a 105 personas desde el sábado
La depresión tropical Tomas podría agravar la situación en las zonas más castigadas por el brote
El brote de cólera detectado a finales del pasado mes de octubre y que ha agravado de forma muy considerable la penosa situación de Haití desde el terremoto del pasado día 12 de enero mantiene su virulencia: desde el sábado ha matado a 105 personas, con lo que ascienden a 442 las victimas mortales. A este complicado panorama se ha sumado en las últimas horas la previsible llegada al territorio haitiano de Tomas, que a pesar de haber pasado de tormenta tropical a depresión tropical sigue representando un riesgo para los miles de refugiados que malviven en campamentos desde el seísmo que asoló buena parte del país a principios de año.
El brote de cólera había dado un pequeño respiro en los últimos días de octubre, cuando el número de fallecimientos diarios se había situado en seis. Sin embargo, ya entonces, las autoridades sanitarias alertaron de que la enfermedad no había alcanzado su pico. Entonces ya se contabilizaban más de 305 muertos y alrededor de 4.600 contagiados. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó hace solo unos días de que la epidemia se propaga "a velocidad explosiva" y que espera que sigan apareciendo casos "durante años".
La operación de asistencia humanitaria se centra en las zonas rurales del norte a orillas del río Artibonite, el supuesto foco de una enfermedad que se transmite por agua y comida contaminada. Una campaña del Gobierno pide a los ciudadanos que se laven las manos con jabón de forma regular, que eviten comer vederduras crudas y que hiervan toda la comida y el agua que consuman.
La Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) ha estacado "la dificultad, incluso la imposibilidad", de saber cómo llegó a Haití el brote de cólera que sufre el país, pese a que se ha comprobado que la cepa causante de la epidemia es igual a una hallada en Asia meridional.
La principal preocupación de las autoridades del país en las últimas horas ha sido no obstante la tormenta Tomas que ha perdido hoy intensidad y fue degradada a depresión tropical, aunque todavía supone una amenaza para Jamaica, Haití, la República Dominicana y el sureste de Cuba, según ha informado el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
"Los residentes en Haití, República Dominicana y sureste de Cuba deben vigilar el avance de Tomas, que podría representar una amenaza significativa para esas áreas a finales de la semana", ha advertido el organismo oficial.
Tomas sembró muerte y destrucción a su paso por Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Santo Tomás y Martinica, en las Antillas menores y su trayectoria podría desviarse a las zonas en las zonas del norte de Haití, donde se hacinan cientos de miles de habitantes de precarios campos de refugiados tras el terremoto de enero.
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