El ajuste de Tremonti golpea el Ayuntamiento de Roma
El Gobierno recorta 300 millones de fondos a la capital y aprueba un "impuesto de vacaciones" para los turistas.- Los clientes de los hoteles pagarán hasta diez euros de tasas.
En los últimos días, Silvio Berlusconi había prometido que "el Gobierno no meterá la mano en los bolsillos de los ciudadanos", "ni hará una carnicería social" con el plan de austeridad de 24.000 millones de euros que aprobó anoche su Gabinete tras un día de duras negociaciones y tensión con el ministro de Economía, Giulio Tremonti.
La frase del primer ministro no era solo un eslogan. En cuanto el ajuste sea aprobado por el Parlamento, serán las regiones, las provincias (nueve de ellas desaparecerán físicamente) y los ayuntamientos del país, pero no el Gobierno central, quienes se verán obligados a aprobar nuevas tasas e impuestos para financiar más de la mitad del ajuste, que reduce la capacidad de inversión de los entes locales por un valor de 13.000 millones de euros en dos años.
La primera de la lista será la capital, Roma. Según ha confirmado hoy el alcalde, Gianni Alemanno, los turistas que visiten la ciudad eterna deberán pagar un impuesto de hasta diez euros cuando se alojen en un hotel.
La medida ha sido alegremente bautizada por los técnicos de Economía como "tributo de vacaciones", y fue colada en el ajuste por Tremonti para compensar en parte el recorte de 300 millones de euros aplicado al fondo estructural que destina el Estado a financiar la capital.
Por eso Alemanno abandonó ayer cariacontecido la reunión que mantuvieron los entes locales con Tremonti. Roma sufrirá más que nadie el "tsunami diseñado por la Liga del Norte", según definen hoy el ajuste los rotativos romanos Il Tempo e Il Messaggero.
Al principio, Alemanno intentó incluso desmentir la aprobación de la tasa turística, pero hoy ha tenido que precisar algunos detalles: "La tasa gravará solo a los turistas y no a los ciudadanos romanos", ha dicho, "además será progresiva y alcanzará un máximo de diez euros en los hoteles de súper lujo".
El alcalde ha prometido además que "a Roma llegarán 300 millones de euros estructurales desde ahora hasta el 2046". Y ha añadido: "Es un grandísimo resultado vista la crisis que estamos viviendo y sabiendo que el recorte retirará 2.000 millones a los ayuntamientos en dos años".
La oposición de centroizquierda y la Federación Hotelera de Roma han cargado contra la tasa vacacional. La diputada del Partido Democrático Ileana Argentin ha afirmado que es "inaceptable que con este ajuste absolutamente deprimente se obligue a los entes locales a subir los impuestos para hacer caja y remediar el despilfarro de estos dos años" de Gobierno del centroderecha.
La realidad, en cualquier caso, es que el Campidoglio arrastra un déficit de 9.600 millones de euros, en buena parte creado por las administraciones de centroizquierda que gobernaron la ciudad hasta 2008.
Y que Tremonti ha aprovechado el ajuste reclamado por Bruselas para cargar sobre las instituciones locales todo el peso ahorrador e impositivo de la reforma. A Roma, por ejemplo, se le sugieren y autorizan las siguientes recetas de financiación: cobrar un euro a cada pasajero que embarque y desembarque en los aeropuertos; habilitar un impuesto ad hoc para financiar las obras públicas; abrir peajes en las carreteras interurbanas, subir los impuestos sobre las viviendas vacías, elevar la cuota del IRPF, gravar la tarifa eléctrica y las tasaciones inmobiliarias.
Según el gobernador de Apulia, Nichi Vendola, "Berlusconi tenía razón. El Gobierno no mete la mano en el bolsillo de los ciudadanos. Se limita a meterle los dedos en los ojos para que la carnicería social la hagamos las regiones y los ayuntamientos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.