Segundo ataque talibán a los suministros de la OTAN
Un grupo de insurgentes, probablemente talibanes, incendian un convoy de contenedores con material para las tropas de la Alianza en Afganistán
Por segundo día consecutivo, insurgentes paquistaníes han incendiado un convoy de suministros de la OTAN. Si ayer fue un convoy de camiones cargados con vehículos militares el que fue atacado por unos 250 talibanes cerca de Peshawar, esta noche ha sido un cargamento de contenedores con material para las tropas de la Alianza el que ha sufrido el embate de los insurgentes, también en las inmediaciones de la misma ciudad.
El ataque se ha producido a apenas dos kilómetros de donde tuvo lugar el ataque del domingo, en el que quedaron calcinados un centenar de camiones, algunos cargados de vehículos militares. Esta vez, los insurgentes, probablemente talibanes, se han dirigido a la terminal de carga, donde se almacenaban los contenedores. "Los milicianos han llegado pasada la medianoche, disparando al aire, han vertido gasolina en los contenedores y los han incendiado", ha declarado Mohammad Zaman, un guarda de seguridad de la terminal. "Nos dijeron que no nos harían daño, pero nos exigieron que no trabajásemos para los americanos", ha dicho.
A su marcha han dejado medio centenar de contenedores destruidos, así como dos camiones cargados de suministros para los soldados de la OTAN, a los que han disparado sendos cohetes.
La ruta que une la ciudad de Peshawar con la ciudad de Torkham, en la frontera con Afganistán, es la línea de suministro más importante para los soldados de la OTAN y de EE UU desplegados en Afganistán. Hace una semana, ya fue destruido un convoy de 22 camiones con alimentos y material. La creciente actividad terrorista en Pakistán, sobre todo en el norte del país, está empezando a inquietar en Occidente, además del aumento de la insurgencia en suelo paquistaní, sobre todo de elementos talibanes que buscan refugio al otro lado de la frontera.
Al tiempo que el reciente Gobierno de Pakistán, con apenas ocho meses de ejercicio tras el derribo del régimen de Pervez Musharraf, intenta atajar la insurgencia talibán en el norte, en la frontera con Afganistán, tiene ahora que lidiar con la presión de India, que le exige resultados en la lucha contra los grupos terroristas que luchan por Cachemira y cometen atentados en India, como los de Bombay de hace dos semanas.
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