Cristina Fernández vende tecnología nuclear argentina a Argelia
La presidenta argentina reactiva una estrategia diplomática de los años setenta basada en la integración entre los países del Sur
La crisis económica mundial ha hecho redescubrir a algunos países las virtudes de las relaciones Sur-Sur. Argelia ha apostado siempre por ellas, pero la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, acaba de descubrir esa nueva dimensión de las relaciones internacionales.
Kirchner, de 55 años, inició el domingo en Argelia una gira por todo el norte de África, con la única excepción de Marruecos, y ayer suscribió con su homólogo argelino, Abdelaziz Bouteflika, de 71 años, tres acuerdos de cooperación, según informó la agencia de prensa argelina APS. Hacía 24 años que un jefe de Estado argentino no visitaba Argelia.
El más importante de todos los acuerdos fue el que, bajo la mirada atenta de ambos presidentes, firmaron los ministros argelino de Energía, Chakib Khelil, y el argentino de Planificación federal, Julio de Vido. Concierne a la cooperación para el desarrollo y la utilización pacífica de la energía nuclear. Los otros dos convenios están dedicados a la colaboración en materia sanitaria y entre las dos agencias de prensa públicas (APS y Telam).
Poco antes de la firma, De Vido subrayó que la crisis representa "una oportunidad inesperada" para que los países del Sur refuercen la cooperación entre ellos y desarrollen sus economías. "Llegó el momento de una verdadera integración", afirmó, según la agencia Efe. El razonamiento ya estuvo de moda en otros tiempos ?durante el primer choque petrolero en los setenta? pero nunca se puso en práctica.
Experiencia nuclear
Argentina y Argelia tienen experiencia en materia nuclear. En 1984 la empresa argentina Invap vendió al Ministerio de Energía argelino un reactor experimental de tres megavatios que fue instalado en Draria, cerca de Argel. Kirchner lo visitó ayer.
Nueve años más tarde, China construyó un segundo reactor nuclear, de 15 megavatios, en Ain Oussera. Éste preocupó a Estados Unidos, que pidió a sus aliados occidentales, entre otros a la España de Felipe González, que hicieran gestiones ante Pekín para evitar que Argelia produjera uranio enriquecido para fabricar una bomba atómica, según revelan varios telegramas del Departamento de Estado recientemente desclasificados. Los temores de Washington resultaron infundados. Argel ha suscrito ya estos últimos meses otros acuerdos nucleares, o tiene previsto hacerlo, con Francia, China y Suráfrica.
Además del ministro De Vido, Kirchner viajó a Argelia acompañada por tres secretarios de Estado, los de Comercio, Pymes y Agricultura, así como por unos 70 empresarios. Ha dado así a su gira un marcado carácter económico, aunque los países que recorre son mercados marginales para Argentina.
Argelia, tercera economía africana, es el más importante de todos. En 2007 los intercambios comerciales entre ambos países alcanzaron los 688 millones de euros (la novena parte de los de España con el país magrebí) y arrojaron un aplastante supéravit para Argentina, que le vende productos agrícolas. Argelia ocupa el puesto número 17 entre los clientes de Argentina.
La presidenta viajará hoy a Túnez y luego a Libia y a Egipto.
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