Rice prevé un pronto acuerdo con Irak sobre la futura presencia militar estadounidense
La secretaria de Estado norteamericana viaja de nuevo a Bagdad para entrevistarse con el Gobierno iraquí
"Estamos muy, muy cerca de un acuerdo". Con estas palabras ha definido la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, el estado de las negociaciones con Irak sobre el futuro de la presencia militar estadounidense en el país. Washington y Bagdad llevan meses negociando sobre las condiciones en que quedarán las tropas estadounidenses en Irak una vez que sea posible la retirada de parte del contingente cuando los iraquíes puedan hacerse cargo de su propia seguridad.
Rice ha hecho estas declaraciones antes de bajar del avión que la ha llevado a Bagdad, donde tiene previsto entrevistarse con las autoridades iraquíes, entre ellos el primer ministro, Nuri Al Maliki. "Estamos muy, muy cerca sobre un acuerdo sobre la SOFA, [siglas de Status of Force Agrrement o Acuerdo sobre el Estatus de las Fuerzas], aunque aún no está cerrado", ha dicho la jefa de la diplomacia estadounidense antes de reunirse con los responsables iraquíes. "No hay duda de que los negociadores han avanzado mucho hacia la finalización de un acuerdo", pero "faltan cuestiones sobre el futuro modo operativo de nuestras fuerzas", ha dicho.
Los 150.000 soldados que EE UU tiene en Irak están amparados por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que autoriza el despliegue de soldados extranjeros en el país tras la invasión estadounidense de 2003 y que expira este año. Las negociaciones entre Washington y Bagdad, comenzadas en marzo, persiguen definir un acuerdo más ambicioso que sustituya una esa resolución y que permita una presencia militar estadounidense en el país de forma indefinida -con bases permanentes- al estilo de la que se aseguró en Europa tras la II Guerra Mundial.
Las negociaciones sobre el futuro de la presencia estadounidense en Irak debían haber concluido el pasado 31 de julio. El retraso se ha debido, fundamentalmente, a la insistencia iraquí de que se incluya un calendario de retirada de los soldados estadounidenses. Las conversaciones persiguen definir en qué condiciones legales podrán permanecer las tropas americanas cuando acabe el mandato de la ONU que autoriza su despliegue. Por ello, Irak insiste en que esa definición incluya una fecha límite. Los americanos, en cambio, prefieren ir definiendo su retirada en virtud de cómo vayan evolucionando los acontecimientos, sobre todo lo relacionado con la seguridad. Otros puntos calientes son la inmunidad que quiere EE UU para su personal en Irak y el futuro de los prisioneros en manos de EE UU, unos 21.000.
Estas conversaciones han sido posibles gracias al descenso de los niveles de violencia en Irak en los últimos meses. En parte, el refuerzo de las tropas estadounidenses el pasado mes de marzo, conocido como surge (oleada), que consiguió por fin atajar en gran medida la escalofriante cifra de muertos en atentados y enfrentamientos que se producía cada día.
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