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Reportaje:

La siembra de caña desafía a la Amazonia

La posibilidad de que el Gobierno brasileño permita el cultivo de azúcar en la región para producir etanol desata un controvertido debate

Brasil ha optado por el etanol y el biodiesel como la esperanza del combustible limpio en el mundo. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, los promociona como alternativas más baratas y menos contaminantes que los combustibles fósiles como el petróleo. Pero para ello, sin embargo, es preciso aumentar la producción de caña de azúcar y de soja.

En este sentido, existe un controvertido debate nacional sobre la posibilidad del Gobierno de permitir cultivos de caña de azúcar en regiones ya degradadas de la Amazonia. El ministro de Agricultura, Reinhold Stephanes, es partidario de extender el cultivo de la caña en parte del territorio amazónico ya desvastado y la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, convencida ecologista, se opone al proyecto a pesar de que siempre ha defendido para la región amazónica, donde viven 23 millones de personas, una economía sostenible.

La producción de la caña de azúcar en Brasil está concentrada sobre todo en la región central y al sur del país, una zona que en los próximos diez años recibirá una inyección económica de 17.000 millones de dólares para levantar 90 fábricas. ¿Pero llegará también a la Amazonia? Ese es el peligro. Un equipo de reporteros del diario O Estado de São Paulo estuvo en un área de 59.000 hectáreas, 4.000 de ellas cubiertas con cerca de ocho variedades de caña adaptables a las condiciones del ambiente.

Ante una expectativa de crecimiento del mercado nacional e internacional, el Gobierno brasileño realiza un mapa nacional, que estaría listo en 2008, sobre los actuales cultivos de caña y oleaginosas, y los territorios a los que se podrían ampliar, incluyendo zonas ya degradadas o devastadas en regiones amazónicas.

El proyecto que más amenaza a la Amazonia es el de la empresa agroindustrial Jayoro, que ha conseguido sobrevivir a pesar de las adversidades del terreno para producir caña de azucar. Según el superintendente de la empresa, Waltair Prata, "a pesar de todas las dificultades para producir caña en esa región, el proyecto ha encontrado su equilibrio económico-financiero y necesita sólo ampliarse para alcanzar mayor rentabilidad". Jayoro, que trabaja para Coca-Cola, emplea actualmente a 1.000 personas en la producción y recolección de la caña.

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