Ministro de día, candidato de noche
Daniel Filmus multiplica sus apariciones diarias; unas veces, como miembro del Gobierno y otras, como aspirante a gobernador
La Constitución argentina establece un sistema de incompatibilidades según el cual un miembro del poder ejecutivo ?por ejemplo, un ministro? no puede pertenecer también al poder legislativo, o sea ser congresista o senador. Ni tampoco puede estar encuadrado en otros poderes ejecutivos de diferente rango, por ejemplo ser gobernador de provincia. Pero lo que no establece la Carta Magna es que sea incompatible seguir siendo ministro federal mientras se realiza una campaña electoral que, de resultar un éxito, supondrá la salida automática del Gobierno. Y aquí las líneas se difuminan y los actos de Gobierno y de campaña son difíciles de distinguir.
Así, el presidente de la República, Néstor Kirchner, apareció ayer, con discurso incluido, junto al ministro de Educación, Daniel Filmus, en la inauguración de un Centro de Diagnóstico Nuclear de un centro oncológico de Buenos Aires. Filmus ?el otro orador del acto? se fotografió junto a los más importantes miembros del Ejecutivo: el vicepresidente, Daniel Scioli, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido. Tanto Kirchner como Filmus se felicitaron por las nuevas instalaciones médicas y recalcaron los éxitos de su gestión.
Apenas unas horas después, Filmus iba a aparecer en las pantallas de los argentinos en el papel de candidato en las elecciones que se celebrarán el 3 de junio en Buenos Aires por el kirchnerista Frente Para Victoria (FPV) para medirse en un debate al centroderechista Mauricio Macri y al actual gobernador, Jorge Telerman. Es decir, el ministro se iba a transformar en candidato opositor para tratar de convencer al electorado de que la gestión del gobernador Telerman ha sido mala y que un posible gobernador Macri sería desastroso y al mismo tiempo debía poder responder como gobernante a los ataques contra el Gobierno federal.
Este tipo de transformación electoral es contestada desde diversos sectores políticos y universitarios, que además apuntan a que desde el momento en que se anuncia la candidatura de un ministro a un cargo electo la gestión del ministerio correspondiente se complica. No hay que olvidar los graves problemas de huelgas y movilizaciones que han sacudido a la educación en todo el país; en Santa Cruz ?patria chica del presidente Kirchner?, por ejemplo, todavía no han comenzado las clases.
No es la primera vez que se da una situación de este tipo durante la gestión de Kirchner. Con motivo de las elecciones legislativas de octubre de 2005, el presidente designó candidato por la ciudad Buenos Aires a su ministro de Exteriores, Rafael Bielsa, que compatibilizó la campaña con su puesto en el Palacio de San Martín, sede de la cancillería argentina.
Durante la campaña, además, estalló el conflicto con Uruguay por la construcción de una papelera en la frontera entre ambos países. Bielsa logró su escaño, pero su lista fue ampliamente derrotada precisamente por la de Mauricio Macri. Y dejó a su sucesor en Exteriores su despacho y el conflicto con Uruguay.
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