La Comisión Europea reduce en un tercio su plantilla de traductores al español
España pide explicaciones, a pesar de que los promotores de la medida aseguran que obedece a razones técnicas
La Dirección General de Traducciones de la Comisión Europea (CE) ha anunciado hoy que está ejecutando un plan de "redistribución" de sus plantillas de traductores a cada una de las lenguas oficiales de la Unión Europea (UE), que supondrá rebajar los traductores de español de los 101 existentes en la actualidad a "unos 67". La iniciativa, tal y como ya avanzó el pasado sábado este periódico, obedece sólo a razones técnicas, pero ha suscitado recelos en las autoridades españolas, que han reclamado al Ejecutivo comunitario explicaciones al respecto a través de la Representación Permanente de España.
El director de los traductores, Karl-Johan Lonnroth, ha explicado hoy que el plan responde a "necesidades prácticas" motivadas por la ampliación a 25 de la UE -que ha elevado de 11 a 20 el número de lenguas oficiales- y que contempla reducir la talla de los textos para traducir y dar prioridad a los de carácter legal, al objeto de rebajar el volumen total de trabajo. Además, supone ajustar las plantillas que se encargan de la traducción a cada una de las lenguas de forma que todas dispongan de una talla similar, de entre 65 y 70 traductores, a excepción de las tres consideradas procedimentales (de trabajo), el inglés, el francés y el alemán, que contarán con entre 120 y 130 profesionales. Dado que el tamaño de las plantillas dedicadas a cada una de las lenguas es diversa, la importancia del ajuste será distinta en cada caso.
Así, tal y como ha admitido Lonnroth, la reducción de efectivos será mayor en la sección de español, compuesta actualmente por 101 profesionales, que en la de italiano, que tiene 86, pero el resultado es el mismo, ya que la previsión es que ambas queden en torno a "unos 67" efectivos. Asimismo será mayor en la española que en la francesa, que pasará de 140 a unos 126 profesionales; la alemana, de 139 a 126; y la inglesa, donde está previsto aumentar la plantilla de 121 a 122. También habrá ajustes al alza en las nuevas lenguas oficiales -checo, estonio, letón, lituano, húngaro, maltés, polaco, eslovaco y esloveno- que suman actualmente 470 profesionales y que pasarán a ser unos 540.
No habrá despidos
La jefa de Unidad de Traducciones al español de la CE, María Elena Fernández Miranda, ha apuntado que el hecho de que actualmente haya más traductores al español que a otras lenguas, se debe a la "gran cantidad" de contrataciones que se hicieron en el momento de la adhesión de España a la UE, en 1986, y a su relativa juventud. "Hay enorme cantidad de españoles porque son muy jóvenes y no se jubilan. En cambio, en otras secciones, a medida que se han ido jubilando, no se ha contratado a más traductores", ha precisado. Los traductores afectados por el plan, que se aplica de forma paulatina y cuya conclusión está prevista para fines de 2006, "no serán despedidos", sino trasladados a otros departamentos, como a elaborar páginas de Internet o las oficinas de la CE en España u otros países.
No es la primera vez que la Comisión de José Manuel Durao Barroso sale al paso de informaciones relativas a una posible reducción del peso del español en sus procedimientos lingüísticos. El pasado marzo, se vio obligada a abortar su plan de restringir al francés, el inglés y el alemán la interpretación de parte de las ruedas de prensa de sus comisarios, después de recibir quejas formales de los Gobiernos español e italiano. Lonnroth ha afirmado hoy ser consciente de "la importancia y el dinamismo" del español, tanto en la escena internacional como en la Unión, y de la paradoja aparente que supone dotarse del mismo número de traductores para la lengua castellana y para el maltés, apenas hablado por 400.000 personas.
Pero ha justificado la armonización del tamaño de todas las secciones en la obligación legal de la Comisión, y del resto de instituciones comunitarias, de dar "el mismo tratamiento" a todas las lenguas oficiales, con independencia de cuál sea "su importancia" o número de hablantes. La condición del inglés, francés y el alemán de lenguas procedimentales, y por tanto, su preeminencia en el número de traductores, se basa en el derecho que tienen las instituciones de fijar su propio régimen lingüístico para sus sesiones de trabajo, y se remonta al Ejecutivo presidido por Jacques Delors (1985-94), según ha indicado el portavoz de Multilingüismo, Frederic Vincent. Las autoridades españolas toleran este régimen "de trilingüísmo de facto", pero rechazan que tenga una justificación legal, según fuentes diplomáticas.
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