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La familia de Menezes revive la muerte del joven brasileño en Londres por un error policial

María de Menezes afirma su hijo fue tratado como un "perro loco" por los agentes británicos

Con inmenso dolor, la familia del joven brasileño Jean Charles de Menezes ha visitado hoy el escenario donde el joven cayó muerto por un error de la policía británica, la estación de metro londinense de Stockwell. Allí ha exigido, entre lágrimas, justicia para los agentes que trataron a su hijo como "un perro loco". "Cuando la policía le quitó la vida a Jean Charles también arrebató la mía", se ha lamentado la madre, María Otone de Menezes, que ha viajado desde Río de Janeiro hasta Londres en busca de respuestas.

Tras revivir "con horror" el camino que hizo Jean Charles desde que salió de su casa hasta que fue tiroteado por los agentes el 22 de julio, María ha declarado, junto a su marido y otros miembros de la familia, que "sólo Dios sabe el sufrimiento" por el que están pasando. Resuelta a exigir justicia, la madre de Jean Charles se ha dirigido a una multitud de periodistas, después de su viaje a Stockwell. Fue en esta vieja estación del sur de Londres donde los agentes dispararon ocho tiros a Jean Charles en el momento en que se subía a un convoy, sin sospechar que era blanco de una persecución policial. Los oficiales, que le tomaron por un terrorista al día siguiente de los atentados fallidos contra el transporte público de la capital, obedecieron la orden de sus mandos de "disparar a matar".

"Mi hijo vino a trabajar" a Londres y "esto es lo que le ha pasado". "Nuestro dolor es extremo", se ha lamentado ante la prensa Matozinhos Otone Da Silva, padre de Jean Charles. La familia sólo persigue un objetivo: "Que los responsables sean castigados y encarcelados". Así, María ha vuelto a pedir la dimisión del jefe de la Policía Metropolitana de Londres, el comisario Ian Blair. Junto a los padres, el hermano de Jean Charles, Giovani, ha afirmado que no piensan reunirse con el comisario porque lo que vieron esta mañana en Stockwell "ya es suficiente". Durante su visita de casi una hora a la estación, que quedó cerrada al público, la familia ha bajado hasta el andén donde Jean Charles se subió al metro antes de perder la vida.

La familia denuncia una conspiración

"La madre no pudo llegar hasta el lugar de los hechos. Rompió a llorar y su marido tuvo que sostenerla", han explicado fuentes de la comitiva que se encontraba en el interior del recinto. Durante la visita, acompañados por el jefe de la estación y un miembro del Sindicato de Conductores de Tren, María ha comentado que estaba convencida de que "todo había sido preparado desde el principio para matarle", según las mismas fuentes. A los allegados del joven electricista no les cabe ninguna duda de que la policía británica "sigue encubriendo las circunstancias de su muerte".

"No nos creemos que las cámaras de la estación no funcionaran" en el momento de los hechos, ha subrayado Giovani. La Policía Metropolitana de Londres sostiene que no dispone de imágenes de lo sucedido en esa estación porque los aparatos no estaban operativos en ese momento. Con el fin de dilucidar la verdad, la familia del brasileño se reunirán mañana, jueves, con la Comisión Independiente de Quejas a la Policía (IPCC), encargada de investigar el caso. La filtración a la prensa de varios documentos en poder de la IPCC pusieron en evidencia la versión inicial de la policía, que, pese a admitir su error, había defendido tener motivos para sospechar del joven.

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Según esas informaciones, Jean Charles no huyó de los agentes ni se saltó la barrera de la estación, como había sostenido Scotland Yard, sino que se comportó como un usuario más, que andaba tranquilamente antes de ser tiroteado. Tampoco vestía una gabardina sino una chaqueta vaquera. Durante la rueda de prensa, Giovani ha arremetido contra la política de tirar a matar, al afirmar que "a un sospechoso no se le asesina, sino que se le juzga".

Matuzinhos Otone da Silva consuela a su mujer, María Otone de Menezes, durante su visita a la estación de Stockwell.
Matuzinhos Otone da Silva consuela a su mujer, María Otone de Menezes, durante su visita a la estación de Stockwell.REUTERS

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